Mejorar la seguridad de las fronteras exteriores de la UE y firmar acuerdos de repatriación con países africanos desde los que llegan migrantes fueron las principales exigencias de los líderes de once países reunidos en Viena.
El objetivo debe ser "frenar la migración ilegal en la medida de lo posible", explicó la canciller federal alemana, Angela Merkel, ante la prensa, tras varias horas de deliberaciones.
Para ello, la agencia europea de fronteras Frontex deberá ampliar sus responsabilidades y capacidades, afirmó Merkel.
Agregó que se deben agilizar las repatriaciones de personas que no tienen perspectiva de asilo, mediante acuerdos con países como Pakistán, Afganistán y Estados del norte de África.
"Queremos luchar contra la ilegalidad y reforzar la legalidad", concluyó la canciller alemana, quien se reunió hoy con los líderes de otros diez países, entre ellos Austria, Grecia y Hungría, que conforman la llamada Ruta de los Balcanes por la que miles de refugiados y emigrantes han entrado a Europa.
En la cumbre participan los jefes de Gobierno de Austria, Alemania, Eslovenia, Croacia, Serbia, Albania, Hungría, Bulgaria, Macedonia y Grecia, así como el ministro del Interior de Rumanía.
A ellos se unieron el presidente de Consejo Europeo, Donald Tusk, y el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramópulos.
Tusk declaró hoy que la Ruta de los Balcanes debe cerrarse "para siempre".
A pesar de la clausura oficial de la ruta el pasado febrero, unos 50.000 inmigrantes han seguido llegando de forma ilegal a Alemania y otros 18.000 a Austria, destacó hoy el canciller federal austríaco y anfitrión de la cumbre, Christian Kern.
Estás cifras demuestran que el cierre funciona, "aunque no en la medida en que se pueda decir que el problema está resuelto", dijo Kern, quien se mostró satisfecho por la "franqueza" de la reunión de hoy.
"Debemos presionar más. Si fracasamos y si colapsa el acuerdo con Turquía (para enviar de vuelta a refugiados), el proyecto europeo afrontaría una prueba masiva de resistencia", advirtió el canciller austríaco.
Kern destacó la "gran unidad" de los líderes reunidos en Viena en cuanto a la necesidad de buscar nuevos acuerdos con países de salida o tránsito de migrantes.
Para ello, propuso, la UE debe seguir el modelo del acuerdo alcanzado este año con Turquía, que prevé la devolución de refugiados llegados irregularmente desde allí a Grecia a cambio de recibir legalmente en Europa a solicitantes de asilo que están en suelo turco.
El jefe de Gobierno austríaco mencionó países africanos como Mali, Níger, Senegal y, sobre todo, Egipto, desde donde están saliendo a diario barcazas con migrantes que tratan de atravesar el Mediterráneo para llegar a Italia.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, también planteó esa necesidad y advirtió de que en Egipto hay 5,5 millones de personas que esperan cruzar a Europa.
Conocido por su línea dura frente a los inmigrantes, el primer ministro húngaro destacó hoy que los emigrantes a los que cierra el paso Hungría no quieren quedarse en ese país sino seguir hacia Alemania.
"Servimos a los intereses de Alemania al mismo nivel que defendemos los de Hungría", aseguró, diciendo que eso también es una forma de "solidaridad".
Orbán volvió a rechazar el sistema de cuotas para reubicar a los refugiados en todos los países comunitarios y se presentó como el protector de las fronteras europeas.
"Hay cientos de miles de personas que quieren pasar. No los dejamos pasar porque firmamos el acuerdo de (libre circulación europea) de Schengen. Tengo que cumplir el acuerdo", insistió.
Solidaridad es precisamente lo que reclamó hoy Avramópulos a los países europeos. Solidaridad entre ellos mismos y también frente a los refugiados que huyen de zonas de conflicto.
"Tenemos que tratar a toda esa gente desesperada con humanidad y dignidad", dijo el comisario en Viena.
"Los países mas afectados por la inmigración no están solos. La Comisión Europea continuará apoyándolos financiera y estratégicamente", agregó Avramópulos.
Con información de EFE