En esta celebración que el Ministerio de Educación llamó “Carnaval Caribes Caracas 2018” y que se festejó en la Plaza Bolívar, no hubo princesas, ni superhéroes, tampoco escarcha. Los trajes de Misión Vivienda, los libros de la Colección Bicentenario y las computadoras Canaima se apoderaron de los cuerpos de los niños y reemplazaron a sus personajes favoritos de televisión.
Caracas. Isabel solo sabía que cargaba entre sus manos una caja con envases vacíos del Clap. No presumía la caja al sujetarla, a pesar de que la maestra insistía en acomodársela para que posara ante la cámara: “Ponte aquí y sonríe”. Así, la pasta, la leche, el arroz, el aceite hicieron gala de ser productos importados frente al lente, aunque el lineamiento del Ministerio de Educación fue destacar las manifestaciones culturales del país.
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https://t.co/tegW5DHJqT— El Político (@elpoliticonews) February 9, 2018
En este “Carnaval Caribes Caracas 2018” festejado en la Plaza Bolívar no hubo princesas, ni superhéroes, tampoco escarcha. Los trajes de Misión Vivienda, los libros de la Colección Bicentenario y las computadoras Canaima, se apoderaron de los cuerpos de los niños y reemplazaron a personajes como Spiderman o los Cuatro Fantásticos.
En una circular del Ministerio de Educación dieron la orientación a las instituciones del Distrito Capital que participarían en la Comparsa de Carnavales Caribes Caracas 2018 de seguir seis temáticas en sus vestuarios o alegorías: Indigenismo, afrovenezolanidad, héroes y heroínas, manifestaciones culturales, logros de la revolución en educación, estudiantes uniformados.
“Son las sugerencias del objetivo 5 del plan de la Patria. Impulsar el reciclaje. Los disfraces de los niños plasman la Colección Bicentenario, la Misión Vivienda, bolsas Clap, las Canaimas”, dice una maestra. Duda al responder si los niños estuvieron de acuerdo: “Hubo uno que quería disfrazarse de Spiderman y le recordamos lo que pasó con Superman cuando varios niños se suicidaron porque creían que podían volar. También tenemos que desterrar los patrones que imponen los medios de comunicación social”.
“Esto es violatorio del derecho a la educación, no se puede aprovechar una fiesta como los carnavales para cambiar la tradición y convertirla ahora en disfraces de canaimitas, Clap. Es como si los estudiantes le agradecieran el favor al Gobierno de distribuir las computadoras y los libros. Es su obligación que la educación sea gratuita“.
En la tarima estaban niños disfrazados de indígenas, damas antañonas y otras que llevaban una falda para bailar joropo. A un niño que tenía puesto un traje de los Cuatro Fantásticos lo bajaron del proscenio. Ellos acompañaban a Erika Farías, alcaldesa del municipio Libertador, Carolina Cestari, jefa del gobierno de Distrito Capital, y al ministro de la Cultura, Ernesto Villegas. “Pese a las circunstancias difíciles, el pueblo heroico ha resistido. Están los dioses de la guerra y de la cultura de muerte como Trump, Rex Tillerson, ante ellos, el rostro de Chávez y de Bolívar”, dijo Villegas. Al ritmo de “el que no brinque parece un yanqui”, todos comenzaron a saltar y a repetir la frase.