En opinión del ex canciller de Colombia, Rodrigo Pardo, no es la primera vez que las relaciones entre Colombia, Venezuela y Estados Unidos se ven afectadas de manera mutua.
El Político
En un artículo publicado en el diario "El Espectador", el periodista usa la palabra "triangulación", para hacer énfasis en la manera como las relaciones entre las tres naciones se afectaban entre sí.
Solo que hoy hay elementos distintos y dificultades nuevas que hacen aun más compleja la convivencia triangular entre Bogotá, Caracas y Washington.
El principal, desde luego, el radicalismo en el discurso y las acciones del gobierno Maduro, y su alejamiento de las principales corrientes continentales.
El hecho es que el anunciado acercamiento entre Estados Unidos y Venezuela modifica el escenario.
Se han planteado interpretaciones muy diversas, pero es claro que al gobierno de Joe Biden le sería útil algún tipo de normalización con Venezuela para actualizar el acceso a su petróleo, en momentos en que los angustiosos eventos en Ucrania ponían en tela de juicio el acceso a una fuente del crudo que ha sido importante.
Pragmatismo estadounidense
Desde hace tiempo se sabe que el comportamiento externo de Washington se caracteriza por su pragmatismo. Por la aplicación de aquella famosa frase: “No tenemos amigos y enemigos, sino intereses”.
Al parecer, el angustioso estado de la democracia en Venezuela es un asunto de menor jerarquía que el acceso a un recurso tan importante como el petróleo para la agenda pública de Washington.
En especial cuando la situación en Ucrania puede afectar su desempeño normal como exportador de petróleo y, en consecuencia, pone en peligro el acceso de Estados Unidos a tan preciado líquido.
Algunos cálculos pronostican una caída de 45 % de la economía de Ucrania, según cifras publicadas por France 24.
Bogotá-Washington-Caracas conforman un triángulo que se ha hecho cada vez más complejo, por la lejanía de la Venezuela de Nicolás Maduro tanto de Colombia como de Estados Unidos, creando un escenario poco previsible y ni siquiera fácilmente descifrable.
En los últimos años, el triángulo adquirió una fisonomía en la que el que la relación de Venezuela con los otros dos países, Colombia y Estados Unidos, pusieron distancia frente al rumbo adoptado por el cuestionado Maduro.
Por eso los recientes acercamientos entre los gobiernos de Biden y de Maduro, por más iniciales y limitados que hayan sido, llaman la atención, aunque son explicables por el pragmatismo de la visión de Washington y los peligros que suscita la guerra en Ucrania.
Colombia
¿Y Colombia? Es difícil no volver a mirar a Venezuela cuando el gran aliado —Estados Unidos— lo ha hecho.
En plenas elecciones presidenciales aquí, nada parece indicar que el asunto haya interesado a los candidatos (o a los electores).
En tiempos pretéritos, la parada en Caracas de los principales aspirantes era asunto de rigor. Otros tiempos, pero será difícil que los que pasen a segunda vuelta no se pronuncien, después de que Estados Unidos sí lo ha hecho.
Más aún cuando se vuelven a producir contactos entre su gobierno y la oposición del país vecino.
El escenario, definitivamente, está cambiando.
Será clave, en consecuencia, cómo se plantee la Cumbre de las Américas, planeada para el próximo mes en Los Ángeles y prever sus consecuencias para los meses siguientes. Sobre todo, ante el explicable pero complejo marginamiento de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Porque, sin duda, aunque los asuntos internacionales no son parte fundamental de la agenda de elecciones, están creciendo en las noticias presentadas por los medios de comunicación.
Y más que una serie de asuntos lejanos o abstractos, han demostrado que tienen efecto sobre las condiciones de vida de los colombianos.
Lo cierto es que, si bien durante la campaña electoral no ha habido mucho debate entre los candidatos sobre política exterior y relaciones internacionales, ni ha sido un tema que haya convocado a los votantes, es un hecho que hay cambios importantes en varios frentes.
Falta ver qué planean, al respecto, los candidatos que pasen a la segunda vuelta. Y de paso, cuáles serán los primeros anuncios sobre la materia del sucesor de Iván Duque.