Es difícil no notar el título del libro que el Secretario del Departamento de Correccionales de Florida, Mark Inch, está entregando a cada alcalde y legislador que escuchará: The Devil’s Butcher Shop.
El Político
El libro de Roger Morris narra uno de los disturbios penitenciarios más mortales en la historia de los Estados Unidos en la Penitenciaría del Estado de Nuevo México en Santa Fe en 1980. Durante 30 horas en un fin de semana de febrero, los prisioneros tomaron como rehenes a 12 oficiales de correccional, mutilaron y asesinaron a 33 reclusos, piratearon algunos con cuchillos, torturó a otros con sopletes y violó y aterrorizó a muchos otros.
Inch, quien llegó a Florida después de un breve período como jefe del Buró Federal de Prisiones, insta a los lectores a pasar al capítulo titulado "Prefiguración" porque dice que cree que el motín no solo era previsible, sino que era evitable, y Florida ten cuidado.
"Tenían muchas de las señales de advertencia que tenemos", explica durante una reunión en su sala de conferencias en el edificio Farris Bryant de Tallahassee.
Señala una pizarra blanca en la pared y un gráfico que muestra cómo el sistema penitenciario de Florida había "pasado de la excelencia, a satisfactorio a marginal", tal como lo hizo el de Nuevo México.
Años de recortes presupuestarios e indiferencia legislativa han llevado a un equipo de correccionales sin personal y sin experiencia al mando de un sistema penal despojado de programas educativos. Operan fuera de las instalaciones antiguas con una población de presos cada vez más hostil, ya que el 70% de los cuales ingresan con un problema de abuso de sustancias, y una jerarquía de pandillas que es poderosa y creciente.
"Deberías tener la expectativa de que esto no sucederá en Florida, y si creo que esto va a suceder en Florida, confía en mí, estaré gritando mucho más fuerte que ahora", dice. Pero señala la línea punteada en su gráfico que muestra cómo las condiciones atípicas que generaron los disturbios de Nuevo México podrían replicarse aquí.
Él enfatiza: "El status es no sostenible … Ahora estamos en el punto de que debemos pagar por los ahorros obtenidos en años anteriores".
Es prácticamente el mismo discurso que Inch ha dado a los Subcomités de Asignaciones de Justicia Criminal de la Cámara de Representantes y el Senado de Florida, donde pronunció comentarios cuidadosamente preparados, salpicados de jerga, pero puntuados con advertencia.
"El statu quo no puede continuar porque eso es, es decir, elige tu metáfora: la espiral de la muerte o el avión que se estrella contra el borde de un acantilado o, ya sabes, el punto de inflexión", dice Inch.
Fuente: TampaBay