El grupo de congresistas republicanos y demócratas conocido como “Problem Solven caucus “ (Los que resuelven los problemas) presentó un nuevo plan de estímulo económico de $ 1.5 billones.
Martin Ramos/ El Político
El cónclave que está conformado por representantes demócratas y republicanos, que según se pudo conocer, tenía más de seis semanas analizando las propuestas, estudiando escenarios, para concluir que la era necesario un nuevo plan de ayuda a las familias de Estados Unidos pues aún la pandemia por el COVID-19 no ha sido controlada.
Las diferencias entre los demócratas, los republicanos y La Casa Blanca, ya tienen más de un mes sin que se vislumbre un acuerdo en las negociaciones. Incluso son muchos los que piensan que este retardo se está utilizando como arma política en plena campaña electoral que, por una parte busca mantener a Donald Trump, abanderado republicano, en la presidencia del país, por la otra llevar a Joe Biden, candidato demócrata, a ocupar y tomar decisiones desde el Salón Oval en Washington.
Estos 50 miembros republicanos y demócratas de la Cámara de Representantes, han bautizado le plan “Marcha hacia un terreno común” (March to common ground en inglés) que incluye una nueva ronda de cheques de 1,200 dólares para familias; y 500,000 millones de dólares para los estados y gobiernos locales para ayudas semanales de desempleo, y asistencia para pequeñas empresas así como para el pago de los alquileres de viviendas.
De ser aprobada, la medida se extendería más allá de la fecha de inicio del nuevo mandato presidencial en enero próximo.
En el primer plan de ayuda federal aprobado en marzo se fijó un subsidio semanal de 600 dólares para los millones de estadounidenses que perdieron su trabajo por el coronavirus que según las cifras del Departamento del Trabajo, rondo los 30 millones de desempleados al inicio de la pandemia. La propuesta demócrata incluye un beneficio por el mismo monto, mientras que los republicanos querían reducirlo a la mitad.
En su propuesta, el caucus bipartidista establece el pago de 450 dólares durante ocho semanas, que luego podría aumentar hasta un máximo de 600 dólares durante cinco semanas.
La presentación de la propuesta ocurre justo antes que el Congreso reinicie sus actividades luego del receso de verano.
"Hemos estado en contacto con nuestros líderes (…) y ninguno de nosotros quiere irse a ninguna parte antes de que ayudemos a los estadounidenses", dijo el representante demócrata Josh Gottheimer. "Le hemos informado de nuestras negociaciones a la Casa Blanca, tenemos una política de no dar sorpresas. Ellos quieren un acuerdo, reconocen que el trabajo no está terminado, quieren retomar las negociaciones", dijo el representante republicano Tom Reed.
"Esto no se trata de ser un republicano o un demócrata. Hemos trabajado en las últimas semanas y dicho: pongamos a los estadounidenses primero, demostremosles que el Congreso puede hacer el trabajo", agregó Reed.
Las negociaciones entre la Casa Blanca y el Partido Demócrata no llegaron a un acuerdo antes del receso del verano.
El representante demócrata Steny Hoyer afirmó que los requerimientos para enfrentar la crisis económica causada por el coronavirus es mayor a los 1.5 billones propuestos por el caucus bipartidista, pero calificó de útiles sus ideas.
Finalmente, la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, quien mantiene un enfrascamiento verbal casi diario con el presidente Trump, anunció que se mantendrán en sesión hasta que ambos partidos hayan alcanzado un acuerdo respecto a la ayuda económica de emergencia ante la pandemia.
"Tenemos que estar aquí hasta que tengamos un acuerdo", le dijo Pelosi a los representantes demócratas.