Israel volvió a bombardear Siria por segunda vez en menos una semana y mató al menos a 57 personas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), lo que supone una de las operaciones más sangrientas desde 2018, que coincide con la despedida de Donald Trump de la Casa Blanca. Fueron bombardeados depósitos de armamentos y una base militar
El Político
En un afán por impedir el afianzamiento de Irán en Siria, Israel produce permanentes ataques a las posiciones en que tratan de aposentarse los islámicos.
La cena entre Mike Pompeo y el jefe saliente del Mosad, Yossi Cohen, anteanoche en el Café Milano de Washington podría estar vinculada con el bombardeo israelí sobre Siria más mortífero desde 2018. Pompeo, a su vez exjefe de la CIA, está haciendo todo lo posible, en sus postreros días como Secretario de Estado, para dificultar una vuelta a la mesa de negociación entre EE.UU. e Irán de la mano de Joe Biden.
Según el OSDH, organismo con sede en Londres, los israelíes lanzaron 18 ataques contra diferentes objetivos vinculados con la Guardia Revolucionaria de Irán a lo largo de la frontera entre Siria e Irak, entre las ciudades de Deir Ezzor y Al Abukamal.
La agencia oficial siria de noticas SANA confirmó los bombardeos citando fuentes militares, pero no aportó balance alguno de daños e Israel, como hace habitualmente, ni confirmó, ni desmintió lo sucedido. La agencia Ap indicó que esta vez fue Estados Unidos, que tiene una base con tropas en la zona, quien suministró la información al Estado judío.
Reunión entre Israel y EEUU
Esta gran operación se decidió, según informaciones obtenidas por Ap, en un encuentro que mantuvieron el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, con el jefe del Mossad, Yossi Cohen, El objetivo principal fue un almacén de armas empleado por los iraníes donde además de armas habría también componentes necesarios para el desarrollo de su programa nuclear. Estos fueron los datos filtrados a la agencia estadounidense por parte de «agentes de inteligencia» que mantuvieron el anonimato.
El Ejército israelí admitió en diciembre haber realizado en 2020 cincuenta operaciones en la vecina Siria. Consultado por este último ataque en la radio pública, el ministro responsable de las colonias en Cisjordania, Tzachi Hanegbi, declaró que Israel golpeará a objetivos vinculados con Irán en Siria «siempre que nuestra inteligencia lo considere oportuno y nuestra capacidad operativa lo haga posible».
Junto a Rusia, la república islámica es el gran apoyo de Bashar al Assad y esta parte de la frontera con Irak, en los alrededores de Al Bukamal, es una zona sensible porque se considera el principal punto de paso de suministros entre Teherán y Damasco.
Los últimos días de Trump en el poder han elevado la tensión en la región ante la posibilidad de un ataque directo a Irán a causa de su programa nuclear.
Oficialmente Israel no ha dado información sobre el particular, la agencia oficial de noticias siria SANA anunció que poco después de la medianoche, la aviación israelí atacó blancos en la ciudad de Deir Ezzor (cabecera de la provincia homónima en el este de Siria) y en el área del municipio de Al Bukamal, en la frontera con Irak.
Atacados 18 blancos militares
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización no gubernamental ligada a la oposición siria, con sede en Londres, pero con una amplia red de colaboradores en el terreno, reportó que dieciocho blancos militares fueron atacados por la Fuerza Aérea israelí, provocado la muerte de al menos cinco soldados sirios y once milicianos pro-iraníes aliados del régimen de Damasco.
El Observatorio dijo que, entre los blancos bombardeados, fueron alcanzados depósitos de armamentos y una base militar en las afueras de Deir Ezzor y un cuartel general en el área municipal de Al Bukamal, en el este de Siria.
Desde el comienzo de la guerra civil en Siria en 2011, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han lanzado cientos de ataques aéreos para impedir que Irán se afiance militarmente en el país árabe vecino y también para desbaratar sus envíos de armas avanzadas a la región, especialmente los convoy de armamentos destinados a Hezbollah en el Líbano.
La mayor parte de los sesenta muertos estimados en los ataques aéreos de ayer serían brigadistas chiíes encuadrados por Damasco y Teherán. Aunque según la agencia Anadolu, habría once militares sirios y entre ellos, un coronel.
Junto a milicianos de Hizbulah habría también hazaras de Afganistán, llegados a Siria para combatir al Estado Islámico (EI, Daesh en árabe).
Cabe recordar que las mezquitas hazaras de Kabul o Quetta, en Pakistán, son objetivo frecuente de atentados por parte de Al Qaeda, EI y otras organizaciones terroristas del fundamentalismo suní
Una frontera porosa
Aunque EE.UU. ocupa la carretera entre ambos países, con la colaboración de milicianos suníes, la progresiva retirada de tropas estadounidenses de Irak incrementea la porosidad de una frontera trazada en la arena. Esta misma zona registró el pasado fin de semana otro ataque contra milicianos chiíes, atribuido a Estado Islámico .
Las coordenadas del bombardeo de anteanoche habrían sido proporcionadas por el ejército estadounidense, según la filtración de un alto funcionario de Defensa a la agencia AP. Un reconocimiento inédito, aunque Israel bombardea objetivos de Hizbulah y otras milicias propalestinas, cercanas a Israel, de forma rutinaria.
El ataque anterior se produjo hace menos de una semana, en las inmediaciones de Damasco y en sl sur de Siria. Aunque Rusia controla la mayor parte del espacio aéreo sirio, mira para otro lado cuando las operaciones israelíes tienen como objetivo fuerzas irregulares alineadas con Teherán.