Las dos Iglesias blancas al estilo de las de la época de las misiones jesuitas y viejas casas de madera de esta comunidad mayormente hispana y de descendientes de los pueblos originarios parecen fuera de lugar entre tantos complejos de departamentos de lujo en Phoenix.
El Político
Fundada por indígenas yaqui que huyeron de México hace más de un siglo, Guadalupe lleva el nombre de la santa patrona de los mexicanos, Nuestra Señora de Guadalupe, y se siente muy orgullosa de su historia. Esta comunidad conocida por sus festividades de Pascua con bailarines disfrazados de venados mira con recelo a la gente de afuera en momentos en que se prepara para el censo del 2020.
Los líderes comunitarios esperan poder despejar cualquier temor que pueda haber en torno a este conteo que se hace una vez cada diez años y que puede decidir si Guadalupe recibe más fondos federales que apuntalen un diminuto presupuesto de 12 millones de dólares que a menudo no alcanzan para tapar pozos en las calles y arreglar cañerías de desagüe.
“Toda fuente de fondos es importante para una comunidad tan pequeña como esta”, dijo el administrador de Guadalupe Jeff Kulaga.
En todo el país, comunidades pequeñas y pobres como Guadalupe, cada una con una composición étnica distinta, representan un duro reto para los trabajadores del censo. Problemas con el idioma, la pobreza, residentes que están de paso y desconfían del gobierno hacen que resulte difícil contarlos, según refleja un análisis de información estadística de todo el país hecho por la Associated Press.
Casi un tercio de los 6.500 residentes de Guadalupe son descendientes de los pueblos originarios y el 70% se identifican como hispanos. Un tercio lucha contra la pobreza en una comunidad donde los ingresos promedio de una familia son de unos 32.000 dólares anuales y el valor de las propiedades no llega a 90.000 dólares. Solo el 60% de los adultos terminaron la secundaria.
Una situación parecida se da en Immokalee, Florida, donde una reciente ola de inmigrantes indígenas de Guatemala que hablan solo dialectos mayas plantea nuevos desafíos en una región que produce tomates, que Edward R. Murrow destacó en su documental de 1960 sobre los trabajadores agrícolas migrantes “Harvest of Shame” (La cosecha de la vergüenza).
El hospital más cercano está a 48 kilómetros (30 millas), en Naples. Esta comunidad agrícola de 25.000 habitantes está tan aislada que la gente tiene que hacer dedo para ir a supermercados más cerca de la costa. Más del 43% de sus residentes viven en la pobreza. Un porcentaje similar no terminó el noveno grado.
Las comunidades pequeñas, pobres, mayormente hispanas, tradicionalmente no son bien contabilizadas, según el análisis de AP, y plantean problemas especiales a los trabajadores del censo, cuya misión es asegurarse de que los fondos federales llegan a las comunidades que más los necesitan.
“Es cada vez más difícil y costoso contar estos grupos”, dijo D’Vera Cohn, experta en el censo del Centro de Investigaciones Pew. “Tal vez ello se deba a la desconfianza en el gobierno o a que son gente que no está fija, sino que van de un lado a otro y que no habla inglés”.
La Oficina del Censo está invirtiendo 500 millones de dólares en publicidad. De ellos, 50 millones están destinados a avisos enfocados en los hispanos y en despejar el temor de que se les preguntará por su ciudadanía.
“En el 2010 tuvimos un montón de dinero que fue desperdiciado, que no llegó a las comunidades. Eso es algo vital”, dijo Vincent Keeys, presidente de la oficina de la Asociación Nacional de Personas de Color del condado de Collier, Florida, durante una reciente conferencia de organismos sin fines de lucro y dependencias del gobierno en Immokalee.
El idioma y las costumbres de la gente pueden ser un obstáculo en Guadalupe, donde la mayor parte de los residentes hablan español además de inglés y donde muchos miembros de tribus prefieren comunicarse en pascua yaqui.
“Si observas el lugar, te das cuenta de que no fue bien servido por el censo en el pasado”, declaró la organizadora comunitaria Petra Falcón, quien lleva décadas trabajando en Guadalupe. “Hay altas tasas de embarazos de adolescentes y de suicidios, y sueldos bajos”.
Funcionarios tribales dicen que están preparando presentaciones y contratando traductores de pascua yaqui para explicar el proceso a los ancianos, incluida la conexión directa entre un conteo ajustado y la obtención de las cosas que necesita la comunidad. Se están vendiendo camisetas con diseños indígenas que exhortan a la gente en inglés y en yaqui a participar en el censo: “Está en tus manos”, dicen las camisetas.
“Analizamos mucho el censo del 2010 y creemos que ahora la gente se siente más cómoda”, expresó Letticia Baltazar, investigadora especializada en la tribu.
Los pascua yaqui tienen unos 20.000 miembros en Estados Unidos, incluidos varios miles en Guadalupe.
Fuente: AP