El vicepresidente del Centro de Farmacias de Uruguay, Alejandro Antalich, aseguró a Efe que poder comercializar marihuana medicinal sería una "oportunidad muy grande de salvación para la farmacia comunitaria", que compite en inferioridad de condiciones ante las "grandes superficies".
Redacción El Político
Uruguay aprobó en 2013, durante el mandato del expresidente José Mujica (2010-2015), una ley para la regulación de la producción y compraventa de la sustancia, pero fue en febrero de 2015 cuando se decretó la reglamentación del uso de la marihuana para fines científicos y medicinales, reseña EFE.
Sin embargo, hoy los usuarios deben solicitar a su médico una receta de marihuana medicinal, que luego deben presentar ante el Ministerio de Salud Pública (MSP) de Uruguay, que debe dar su aprobación para que el paciente importe el producto, que generalmente llega desde Estados Unidos.
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En esa cadena, las farmacias comunitarias no intervienen y, según comentó Antalich, el costo promedio de la importación es de 250 dólares, cuando no es mayor.
En este sentido, consideró que si Uruguay siguiera la misma línea que Argentina -que recientemente despenalizó el uso medicinal de la marihuana- y sacara del foco al canal recreativo, el país pasaría a tener una "nueva visión muy importante en cuanto a los objetivos sanitarios, pensando justamente en la salud y no en el efecto recreativo".
"El Gobierno debería tomar esta iniciativa de ir hacia el canal medicinal, donde ahí sí realmente la farmacia estaría totalmente identificada con esa medicina, que además es natural, porque proviene de una planta", señaló Antalich.
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Así, estimó que sería una "oportunidad" para las farmacias que el Gobierno tomara de ejemplo los distintos casos en el mundo, como el de Alemania.
"Allí tu médico te prescribe el producto y vas a tu farmacia de confianza. No tenés que ir a la mutualista o a tu sociedad médica, ni hacer todo ese trámite de importación", aseguró.
Según explicó Antalich, las farmacias propusieron vender marihuana con un objetivo de fondo, pensando en el "mediano y largo plazo", que era conseguir mejorar su porcentaje de participación en el mercado medicinal.
Concretamente, sostuvo que hoy "solo el 30 % de los medicamentos pasan por las farmacias comunitarias", mientras que 70 % lo hace a través de mutualistas privadas y prestadores de salud pública.
