Millones de chilenos dejaron atrás sus preocupaciones y diferencias políticas y de forma unánime se lanzaron en una celebración que durará hasta la medianoche de próximo lunes para festejar el 206 aniversario del inicio de la lucha por la Independencia del país austral.
Una fiesta que comenzó la noche del pasado jueves en la larga y angosta faja de tierra que es Chile, apretada entre cordillera y mar y que tiene como centro los asados, la cueca, el baile nacional y las fondas en que pueden disfrutar sin límites estas jornadas de desenfreno culinario y lúdico.
Ya en las primeras horas de este viernes, las carreteras lucían atestadas de vehículos huyendo de la cotidianeidad capitalina hacia playas y otros puntos turísticos, bajo medidas especiales de seguridad dispuestas por la policía, alerta ante los conductores excedidos de copas.
Según las autoridades, unos 350.000 vehículos saldrán de Santiago durante el largo fin de semana, con un millón y medio de personas que prefiere celebrar afuera de la capital.
También las líneas aéreas tenían sus reservas agotadas para esta semana, pues abundan quienes viajan fuera del país, preferentemente a Buenos Aires, Uruguay o Brasil, aunque la ciudad argentina de Mendoza es el destino preferido de varios miles de chilenos que van en automóvil cruzando la cordillera de Los Andes.
La fiesta fue inaugurada oficialmente por la presidenta Michelle Bachelet en el Parque O’Higgins, de Santiago, tradicional escenario de las fondas y ramadas en que se puede celebrar sin límites en la comida, la bebida y el baile, en que además de la cueca, el baile tradicional chileno, dominan los ritmos tropicales.
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Bachelet, que bailó una con Osvaldo Cádiz, el viudo de Margot Loyola, una egregia folclorista fallecida hace un tiempo, se dio hasta el gusto de recitar unas payas (versos improvisados) en las que destacó las obras de su Gobierno y no eludió el bulto a su bajo nivel de popularidad.
"Porque con gran decisión/, aunque salga complicado, chitas que hemos avanzado/ pa’ apoyar la educación, ya sin discriminación/. Con más universidades, florecerán las ciudades/…" recitó la mandataria en parte de su improvisación.
El año pasado, Bachelet se abstuvo de festejar, preocupada por afrontar un terremoto de magnitud 8,4 que el 16 de septiembre sacudió varias regiones del norte y centro del país, con un saldo de 15 muertos, más de 6.000 damnificados, un millar de viviendas destruidas y cuantiosos daños en infraestrructura.
Aunque algunas tradiciones de la celebración han pasado al olvido, como pintar las fachadas de las casas o comprar ropa nueva a los niños, el espíritu festivo de las Fiestas Patrias permanece intacto, como las fondas y ramadas (precarias edificaciones de madera con techos de ramas), las cuecas, los volantines (cometas), la rayuela, el trompo o la parada militar de cada 19 de septiembre.
También la mayoría de las casas lucen la bandera de Chile en sus fachadas para recordar que el 18 de septiembre de 1810 se constituyó la primera Junta Nacional de Gobierno.
La coincidencia de la fecha con la llegada de la primavera añade un aliciente más al colorido y al entusiasmo de los chilenos, tan pronto termina la festividad, comienzan as prepararse para la próxima.
Con información de EFE