A diferencia de Rusia, su socio euroasiático, China no se expande por la vía de la fuerza. Con Xi Jinping a la cabeza, el gigante asiático ha adoptado una táctica sutil, pero efectiva.
El Político
A través de los vínculos comerciales, Pekín ha sabido ganar terreno en dos zonas geográficas que solían ser área de influencia de los Estados Unidos.
Mediante su “Nueva Ruta de la Seda”, China se ha abierto espacios entre las naciones europeas, pero también más allá del Océano Atlántico.
Aunque la lista es más larga, basta con enumerar a Argentina, Chile, Colombia y Venezuela como algunos de los países latinoamericanos que tienen negocios con Pekín.
En su afán por mover sus “fronteras invisibles” a través del comercio, China le apunta, incluso, a Oriente Medio.
En 2021, por ejemplo, el país selló un pacto a largo plazo con Irán. Se trata de un acuerdo, vigente por 25 años, que comprende “inversiones recíprocas”.
De manera más reciente, en febrero de este mismo año, Xi Jinping recibía a Ebrahim Raisi, presidente de la República Islámica.
La visita sirvió de plataforma para que Raisi anunciara, al mundo, la relación inquebrantable entre Teherán y Pekín.
En otro movimiento, China busca ganar espacios en Iraq. Hace cuatro días, la estatal Basra Oil comunicó la adquisición del yacimiento West Qurna 1.
El campo, contentivo de unos 20.000 millones de barriles de petróleo, pasará, entonces, de la estadounidense Exxon Mobile al Estado Iraquí.
Una vez completada la transacción, Iraq entregará la administración del West Qurna 1 a PetroChina, la compañía petrolera del gigante asiático.
Gerentes encargados de las operaciones del yacimiento, confirmaron a la agencia de noticias Reuters el acuerdo de liquidación y venta firmado con Exxon.
La adquisición de los “derechos” para explotar el West Qurna 1 no supone, únicamente, la entrada de China en el sector energético iraquí.
La movida también implica la completa salida de Exxon Mobile de la actividad petrolera de Iraq.
Uno de los retos para PetroChina, en tanto y cuanto regente del West Qurna 1, será elevar la producción del campo.
En tal sentido, se espera que el yacimiento pase de generar cinco millones de barriles de petróleo al día, a unos ocho millones de barriles de petróleos diarios.