Algunos analistas son de la tesis de que Washington acaricia un plan de inversiones en países aliados de menores recursos de un corte parecido a la Nueva Ruta de la Seda. Con la idea de contrarrestar la influencia que China ha estado ganando en los recientes años por fuera de sus fronteras.
Beatriz de Majo / El Político
Al menos de esa manera lo reflejó la prensa mexicana cuando altos representantes de los gobiernos de Colombia, Ecuador y Panamá recibieron a un alto emisario del gobierno de Joe Biden. Quien llevaba el encargo de explorar nuevos acercamientos y detectar áreas de especial interés en el Subcontinente para los Estados Unidos.
Daleep Singh, el Asesor de Seguridad Nacjonal para Economía Internacional de la Casa Blanca fue el seleccionado para abrirle paso a un grupo de funcionarios de variadas instituciones. Quienes recorrieron los tres países, a inicios del mes de octubre, con un bien armado programa de inversión en infraestructura dentro de su portafolio.
EEUU + el G7…a diferencia de China
El fin especifico de este periplo por países cercanos a Norteamérica era el de entender mejor las necesidades que estos y los restantes países del continente tienen en este terreno.
Pero al contrario de China, quien se presenta en solitario con su manojo de ofertas a los países en desarrollo, Estados Unidos actúa en nombre del G7. Y dentro del marco de un programa ya aprobado por Alemania, Canadá, Francia, Italia , Japón y Reino Unido que se denomina B3W ( Reconstruir un Mundo Mejor).
En la Asamblea de Naciones Unidas, Biden se refirió a este programa. El cual busca destinar cientos de miles de millones de dólares a asociar a estos países con el esfuerzo de reconstrucción hecho por países con poblaciones de bajos y medios ingresos.
Restaurar la democracia
Pero todo no se detiene allí, en la gravitación económica. El propósito esencial del estrechamiento de vínculos tiene que ver con la restauración de la Democracia en la región.
Muchas veces hemos insistido como en Washington algunos regímenes de la región se perciben como una amenaza para la seguridad del país del Norte.
La visita de Anthony Blinken hace pocos días a tres países del entorno latinoamericano puso el acento en el tema de la consolidación de las democracias al sur del Rio Grande y en ese terreno también está haciendo un cabildeo importante con los países de la Unión Europea y con Gran Bretaña.
Nada es más significativo que la rueda de prensa que el funcionario americano sostuvo junto con el presidente Ivan Duque sobre este tema y su discurso en la Universidad San Francisco de Quito. Donde insistió en la importancia de que la Democracia funcione para todas las clases de un país.
No hablaba de Venezuela sino de Ecuador cuando dijo:
“Permítanme empezar con un ejemplo. Imaginemos un país en el que un líder es elegido en unas elecciones libres y justas, y luego se dedica a ir minando lenta pero inexorablemente los pilares de la democracia. Atacando a la prensa libre, socavando la independencia de los tribunales, amenazando a los opositores políticos… Esa es la historia de más de una democracia en nuestro hemisferio. Y es una de las formas en que las democracias pueden desintegrarse. Hace una década eso ocurrió en Ecuador”.
No solo influencia económica de China
Así que no nos hagamos la idea de que todo en el planeta gira en torno a la influencia económica de los dos gigantes.: China y USA.
El sistema norteamericano, más allá de su Casa Blanca, está poniendo muchos de sus alfiles en el lugar adecuado para la erradicación y el castigo de la corrupción. Una pieza clave del respeto de los derechos de los ciudadanos.
¿Les suena el caso de Alex Saab y del Pollo Carvajal, además de otros tantos dedicados a socavar los valores desde el régimen de Miraflores que ya portan la braga naranja?
¿Alguien ha escuchado a China quebrar lanzas a favor de las libertades?