Con el fin de demostrar "la determinación de las dos partes en profundizar la coordinación estratégica de la nueva era entre China y Rusia", el presidente Xi Jinping ordenó la realización de ejercicios navales con Moscú.
El Político
El expresidente de Rusia Dimitri Medvedev realizó este miércoles una visita no anunciada a Pekín, donde mantuvo una reunión con el mandatario Xi Jinping, en la que conversaron sobre la invasión rusa a Ucrania, entre otros temas.
Por su parte, el líder chino pidió "moderación” y "diálogo” en el conflicto, de acuerdo a información divulgada por la agencia de noticias oficial china Xinhua.
Xi destacó que su país "siempre ha mantenido una postura objetiva y justa" con respecto a la guerra en Ucrania y "promovido conversaciones de paz", al tiempo que aseveraba la esperanza de que ambas partes "resuelvan sus preocupaciones comunes en el campo de la seguridad a través de medios políticos".
Asimismo, el líder chino aseguró que las relaciones entre Moscú y Pekín "han resistido la prueba de las vicisitudes internacionales y siempre se han desarrollado de manera saludable y estable", y comunicó la disposición de su país a "trabajar con Rusia para avanzar continuamente las relaciones entre los dos países" y para "desarrollar la gobernanza global en una dirección más justa y razonable".
¿Por qué es importante?
China pidió moderación en la guerra de Ucrania, pero realiza ejercicios navales con Rusia.
Un comunicado del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China señala que "este ejercicio conjunto está dirigido a demostrar la determinación y la capacidad de las dos partes para responder de manera conjunta a las amenazas a la seguridad marítima y profundizar aún más la asociación de coordinación estratégica integral de la nueva era entre China y Rusia".
Por su parte, Medvedev indicó que hablaron de la "ilimitada” relación estratégica entre la potencia asiática y Rusia. "Discutimos sobre la cooperación entre ambos partidos gobernantes y la cooperación bilateral en el marco de nuestra relación estratégica, lo que incluye economía y producción industrial. También sobre asuntos internacionales, lo que incluye, por supuesto, al conflicto en Ucrania”, escribió Medvedev.
También garantizó que su país está dispuesto a "resolver los problemas a los que se enfrenta a través de conversaciones de paz".
Entre líneas
Medvedev llegó a China invitado por el Partido Comunista Chino (PCCh, gobernante) en calidad de presidente del partido conservador Rusia Unida, que gobierna el país euroasiático.
El funcionario ruso es también vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, y publicó un video en su canal de Telegram donde aparece saludando a su anfitrión, reportó DW.
La visita al país más importante de la región por parte del presidente del partido Rusia Unida ocurre poco después de que el líder ruso Vladimir Putin visitara la capital de Bielorrusia, por primera vez en tres años.
En conclusión
El Mundo de España refiere que los ejercicios militares de esta semana llegan unos días después de que Japón aprobara su mayor rearme desde la Segunda Guerra Mundial, aumentando un presupuesto de defensa que incluirá la compra de misiles de largo alcance.
Se trata de un giro que el Gobierno del primer ministro Fumio Kishida ha justificado como una respuesta a las cada vez mayores preocupaciones de seguridad tras la oleada de lanzamientos de misiles por parte de Corea del Norte y el desafío militar de China, cada vez más fuerte en la región.
Al igual que con Rusia, Tokio tiene otro frente territorial abierto con China sobre las rocosas y deshabitadas islas Senkaku, a 1.900 kilómetros al suroeste de la capital japonesa. Están bajo el dominio de Japón, aunque Pekín, que las bautizó hace años como Islas Diaoyu, también las reclama como suyas.
Pekín y Moscú, antiguos rivales durante la Guerra Fría que normalizaron los lazos bilaterales en 1989, han cooperado regularmente en maniobras militares desde 2012.
Este año, a pesar de la invasión rusa de Ucrania, desde China han seguido extendiendo la mano a Rusia para intensificar los ejercicios militares conjuntos como parte de su alineación frente al orden político occidental liberal liderado por el gran rival en común, Estados Unidos, quien lleva tiempo tratando de presionar a sus aliados de la OTAN para que endurezcan su postura hacia Pekín.