En el siglo pasado, la carrera entre oriente y occidente fue por la conquista del espacio exterior. En éste, la carrera entre ambos mundos es por la conquista del ciberespacio.
El Político
En la era digital, cualquier desarrollo, por pequeño que sea, resulta un gran avance. El desarrollo de la inteligencia artificial (IA) luce, sin embargo, como un nuevo “gran paso para la humanidad”.
Quizá por esa razón, China, un país en el que el uso de internet está controlado, ha impuesto normas que regulan la IA generativa.
De esta forma, el régimen de Pekín pasa a ser uno de los primeros gobiernos del mundo que norma la tecnología que se encuentra detrás de servicios como ChatGPT.
Las reglas, difundidas el pasado mes de julio, entraron en vigencia la jornada de este martes.
Según las pautas, fijadas por la Administración del Ciberespacio de China, los proveedores de inteligencia artificial deben adherirse a los cánones comunistas que se manejan en el gigante asiático.
En tal sentido, las normas prohíben prácticamente todo, desde los lógicos vetos a contenidos sensibles u ofensivos como los pornográficos, hasta cualquier otro contenido que, a juicio de las autoridades, ponga en riesgo la seguridad nacional del país.
Los desarrolladores también están en la obligación de registrarse para poder llevar a cabo su actividad. Del mismo modo, se les impone la obtención de una licencia administrativa.
Si llegasen a detectar contenido ilegal, los proveedores de IA generativa tienen la responsabilidad de corregir los algoritmos y reportar el incidente a la agencia encargada.
Lo anterior puede suponer problemas para los usuarios, si utilizan generadores de imágenes o chatbots para producir contenido que contravenga los intereses del Partido Comunista Chino.
En cuanto a los usuarios, las reglas indican que estos no deben ser discriminados por razones étnicas, etarias, por su ocupación o estado de salud.
En China, quedó prohibido el uso de inteligencia artificial generativa en prácticas anticompetitivas.