China está alcanzando al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, dominados por Occidente, y está superando a otros gobiernos como principal prestamista oficial de amplias franjas del mundo en desarrollo.
El Político
Pero la lucha de poder geopolítico entre Estados Unidos y China está infligiendo daños colaterales a esos países, ya que Pekín se niega a las exigencias de reducir sus préstamos, incluso cuando tres de cada cinco países de renta baja se esfuerzan por pagar sus deudas o corren el riesgo de impago en medio de las presiones económicas mundiales.
Esto está creando nuevas tensiones con Estados Unidos y sus aliados occidentales, que se pondrán de manifiesto cuando los altos funcionarios de finanzas se reúnan esta semana en Washington para las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial.
Estados Unidos está presionando a China para que proporcione más alivio de la deuda en lo que será una de las áreas de conflicto más significativas del evento, según datos aportados por el portal veb Politico.
Por qué es importante
El FMI, el Banco Mundial y otros prestamistas para el desarrollo han puesto en marcha programas que, en determinadas condiciones, condonan hasta el 100% de la deuda de los países en dificultades, una iniciativa que recibió un gran impulso después de que Bono y otras celebridades lideraran una campaña de presión pública de gran repercusión en la década de 2000.
Ahora, la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y otros funcionarios se muestran cada vez más firmes en que lo que consideran un enfoque de línea dura de China en materia de préstamos está exprimiendo a los países y amenazando con agravar la pobreza en África y otros lugares.
Sin embargo, el conflicto también pone de relieve una nueva línea de fractura potencial en el orden económico mundial: China persigue un sistema paralelo de financiación del desarrollo que desafía el modelo occidental de proporcionar ayuda y negociar el alivio de la deuda con los prestatarios, dominante desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
El enfoque chino de los préstamos se considera más transaccional y se critica por opaco.
El deseo de Pekín de acceder al petróleo, los minerales y otras materias primas hizo que los prestamistas chinos fueran menos propensos a aplicar condiciones estrictas y menos reacios al riesgo a la hora de ayudar a los gobiernos a financiar carreteras, puentes y ferrocarriles para desbloquear esos recursos.
El ascenso de China en las finanzas de los países en desarrollo amenaza con sumarse a la tendencia más amplia de "desacoplamiento" que está deshaciendo los lazos comerciales y tecnológicos con Occidente.
La deuda que China tiene con los países pobres no hace sino consolidar su influencia en África y otras regiones.
"Estamos pasando a un sistema más bipolar, con un acreedor muy importante de un gran número de países empeñado en hacer las cosas bilateralmente con sus propias reglas", dijo Carmen Reinhart, que fue economista jefe del Banco Mundial hasta el año pasado y ha participado directamente en las conversaciones para aliviar la deuda.
"Esa desavenencia está ahí. … La tensión podría cortarse con un cuchillo".
La cuestión llegará a su punto álgido el 12 de abril, cuando ambas instituciones celebren la Mesa Redonda Mundial sobre la Deuda Soberana, cuyo objetivo es abordar los términos más generales de la reestructuración de la deuda soberana de los países en dificultades.
África: la gran deudora
Esas conversaciones afectarán a los esfuerzos específicos de cada país que han estado en gran medida estancados.
Uno de ellos es Zambia, donde China es un acreedor importante. El país dejó de pagar su deuda pública hace dos años y se ha convertido en un caso de prueba para hacer frente a una posible avalancha de impagos, ya que la Reserva Federal de Estados Unidos y otros grandes bancos centrales están subiendo los tipos de interés para frenar la inflación. Esto está encareciendo el pago de la deuda denominada en dólares y otras divisas importantes.
Otros países, como Sri Lanka, Ghana, Etiopía y Pakistán, a los que China ha concedido cuantiosos préstamos, ya han incurrido en impago o están a punto de hacerlo.
Conclusión
El punto muerto ha impedido de hecho que el FMI pueda repartir ayuda financiera a países desesperados, ya que los que están sumidos en la deuda tienen que demostrar que han logrado una estrategia sostenible para afrontarla.
Pero hay cierta esperanza de que la cuestión pueda abordarse de forma práctica.
"Básicamente, la administración considera que se trata de un problema financiero que necesita una solución financiera, y China, como actor importante en la estructura de la deuda de los países, obviamente tiene que participar", dijo Brad Setser, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores y ex funcionario del Tesoro.
"Para ser sinceros, Estados Unidos no tiene que convencer a China de que participe en este proceso", afirmó. "Los países incumplieron. China tiene que participar para que le devuelvan el dinero".