La Cruz Roja cifró entre "cientos o miles" el número de cadáveres que podría acumularse en la zona de combates en la ciudad filipina de Marawi (sur), donde el enfrentamiento entre Ejército y yihadistas afines al Estado Islámico (EI) permanece estancado tras once días de batalla.
El organismo humanitario inició un operativo de recogida de cuerpos sin vida en zonas ocupadas por los militares, pero cuyo acceso sigue siendo peligroso debido a la presencia de francotiradores del Grupo Maute, vinculado al EI, que el pasado 23 de mayo tomó parcialmente la ciudad.
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"En los próximos días esperamos recuperar cientos o incluso miles de cuerpos", declaró a Efe el vicedirector de Cruz Roja en Filipinas, Martin Thalmann, quien dirige sobre el terreno las operaciones de asistencia en la capital de la provincia de Lanao del Sur, en el oeste de la isla de Mindanao.
El Ejército calcula en más de 2.000 -aunque algunas organizaciones suben la cifra a 3.000- el número de civiles atrapados en las zonas de combate desde que se iniciara el conflicto.
A pesar de los intensos bombardeos y ataques aéreos de las Fuerzas Armadas, los militares no han conseguido de momento doblegar a las últimas decenas de terroristas de Maute y el frente de batalla se ha estancado en el río Agus, que separa la zona centro de Marawi.
El portavoz de la 1ª División de Infantería, el teniente coronel Jo-ar Herrera, aseguró que los servicios de asistencia podrán acceder a las zonas donde supuestamente se hallan los cadáveres "cuando las hayamos despejado y sean seguras".
También destacó la frágil situación de los civiles que permanecen en la zona controlada por los islamistas, que han saqueado casas y usan mujeres y niños como escudos humanos.
Vecinos atrapados en la zona controlada por el Grupo Maute informaron a las autoridades, vía telefónica, de la presencia de al menos un centenar de cadáveres en las zonas inaccesibles de Marawi, según indicó a Efe el portavoz del Comité de Gestión de Crisis de la provincia de Lanao del Sur, Zia Alonto Adiong.
No obstante, la cifra oficial de bajas civiles es de 19, todos ellos asesinados por los radicales islámicos en los primeros días de combates.
A estos se suman 120 yihadistas y 36 efectivos de las fuerzas de seguridad muertos, lo que computa un total de 175 fallecidos, según el último recuento gubernamental.
Más del 90 por ciento de los 200.000 habitantes de Marawi han huido o han sido evacuados por el conflicto.
Fuera de las zonas de combate las calles permanecen desiertas, los comercios cerrados y solo rompe el silencio cada pocas horas el sonido cercano de las bombas y los ataques aéreos.
La crisis de Marawi comenzó el día 23 cuando los yihadistas lanzaron una ofensiva en la que prendieron fuego a una comisaría, un colegio, una cárcel y una iglesia, donde secuestraron a un cura y 13 feligreses que mantienen cautivos.
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El EI ha reclamado sin aportar pruebas la acción del Grupo Maute, que según el Ejército protege en la ciudad a un destacado terrorista, Isnilon Hapilon, por cuya cabeza Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares (4,55 millones de euros).
"Tenemos constancia de que Hapilon está con ellos y es el líder de los rebeldes en Marawi", expresó hoy el teniente coronel Herrera.
Los soldados actúan al amparo de la ley marcial, declarada por el presidente filipino, Rodrigo Duterte, en toda la región de Mindanao el mismo día que se desató el conflicto.
EFE