El Departamento de Estudios Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) actualizó recientemente su informe sobre las perspectivas para la economía global.
El Político
La nueva versión del Informe sobre la situación y perspectivas económicas mundiales de 2021 de la ONU mejora las perspectivas para las grandes economías; sin embargo, el organismo no vislumbra el mismo resultado para las que están en desarrollo o en situación de vulnerabilidad.
La situación en las economías más pequeñas se vuelve más precaria por la elevada pérdida de puestos de trabajo, advierte la ONU en su informe; y en ese sentido, considera necesarias mejores políticas dirigidas a una recuperación de la crisis más resiliente e inclusiva.
Estos son los cinco aspectos que resalta la ONU en su informe:
Más crecimiento pero desigual
Si bien la pandemia está lejos de terminar para buena parte de los países, debido al aumento de casos de COVID-19; las perspectivas de crecimiento mundial han mejorado según la ONU.
El organismo estima que la economía global crezca 5,4% este año, una revisión al alza desde los 4,7% previstos en enero. Las perspectivas más sólidas de alza son para China y los Estados Unidos.
Por otro lado, no se prevé que muchas economías en desarrollo vuelvan pronto a los niveles anteriores a la pandemia. La pandemia está lejos de superarse para la mayoría de los países en desarrollo donde la vacunación avanzan lentamente y la presión fiscal se ha visto intensificada.
“La marcada disparidad en la cobertura de vacunación entre países y la probabilidad de una pandemia persistente, plantean un grave riesgo para una recuperación económica ya desigual y frágil del mundo”, señala el informe.
Se prevé que las economías desarrolladas crezcan un 5% en 2021, impulsadas por el crecimiento más rápido en los Estados Unidos desde 1966. Las perspectivas son significativamente menos optimistas para Europa y Japón.
Por otro lado, muchos países de África, Asia meridional, Asia occidental y América Latina y el Caribe se enfrentan a una situación frágil y perspectivas económicas inciertas. A pesar de ello, se prevé que las economías en desarrollo crezcan 6,1% en 2021, debido a la sólida recuperación de China, que se prevé que crezca 8,2% este año.
Situación más precaria para los más vulnerables
La pandemia ha empujado a 114,4 millones de personas a la pobreza extrema. Con los riesgos de una pandemia prolongada e insuficiente espacio fiscal para estimular la demanda, los países más vulnerables del mundo afrontan la perspectiva de una década perdida. Para muchos países en desarrollo, se prevé que su producción económica no regrese a los niveles anteriores a la pandemia hasta 2022 o 2023.
Las medidas de confinamiento han provocado una elevada pérdida de puestos de trabajo en el sector de servicios, que dan empleo de manera predominante a las mujeres. La pandemia también ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad que causa el trabajo informal, la principal fuente de trabajo en muchos países.
Las pérdidas de empleo e ingresos han sido mayores para las mujeres, ya que hubo más mujeres que hombres que tuvieron que dejar su empleo para satisfacer la creciente demanda de trabajo de cuidados no remunerado. De los 114,4 millones de personas que han caído en la pobreza, 57,8 millones de mujeres y niñas son mujeres, dice la ONU en su informe.
Recuperación sólida y desigual del comercio mundial
La ONU señala en su informe que el comercio de mercancías ya ha superado los niveles anteriores a la pandemia; tras mantenerse a flote gracias a la fuerte demanda de equipos eléctricos y electrónicos, equipos de protección individual y otros productos manufacturados. Sin embargo, recuerda que el intercambio de servicios sigue restringido por las limitaciones a los viajes internacionales. Las exportaciones de las economías asiáticas han remontado el vuelo, las de África, Asia oriental y los estados independientes de la Commonwealth se han estancado, detalla.
La recuperación generalizada de los precios internacionales de materias primas ha contribuido a limitar el impacto económico en los países en desarrollo que dependen de los productos básicos. Por otro lado, la inversión global proyectada muestra solo una recuperación moderada en 2021 pese a las inyecciones masivas de liquidez y los costos de endeudamiento históricamente bajos,
Los elevados niveles de deuda y las grandes necesidades de financiamiento hacen que muchos países en desarrollo sean vulnerables al aumento de las tasas de interés; así como a un abrupto endurecimiento de las condiciones financieras mundiales. Asimismo, dado el aumento del apalancamiento público y privado, y las importantes incertidumbres globales, los riesgos para la estabilidad financiera se ciernen sobremanera.
Mayor golpe para mujeres y niñas
De acuerdo con la ONU, la crisis por el COVID-19 ha afectado de manera desproporcionada a las mujeres, que han visto cómo sus trabajos e ingresos se han mermado; contribuyendo así a empeorar la brecha de la pobreza de género.
Las mujeres representan la mayoría de los trabajadores de los servicios de salud, de los cuidadores y de los servicios esenciales; lo que las ha colocado a la vanguardia de la lucha contra la pandemia.
Muchas niñas y mujeres, que han llevado el peso del cuidado del hogar sobre sus hombros, han dejado la escuela y el trabajo. Su regreso a las clases y al mundo laboral puede llevarles más tiempo, o puede que no suceda en absoluto en el caso de muchas; lo que agrandará aún más la brecha de género en materia de educación, ingresos y riqueza.
Los países deben hacer más
En medio del espacio fiscal limitado y la alta deuda pública; muchos gobiernos de países en desarrollo necesitarán priorizar medidas que ayuden a la población más afectada; especialmente mujeres, resalta la ONU.
Existe una necesidad urgente para los países de formular políticas mejor dirigidas que cuiden la perspectiva de género; y que además conduzcan una recuperación de la crisis más resiliente e inclusiva. El organismo afirma que pese a haber estado en la primera línea de la pandemia, las mujeres no han estado lo suficientemente representadas en los procesos de toma de decisiones; tampoco en la respuesta que han dado las políticas económicas.