En noviembre del 2016 Colombia copaba los titulares de los diarios de todo el mundo, tras el apretón de mano entre Juan Manuel Santos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko.
El Político
El acuerdo prometía el crecimiento de las regiones donde operaba la guerrilla y un efecto tangible en el PIB a medio plazo.
Cinco años después, existe un claro progreso en algunas de las zonas antiguamente consideradas como rojas, pero la violencia persiste en varias regiones del país debido al narcotráfico y a la existencia de otros grupos armados, reportó El Confidencial.
El gran lunar que tiene Colombia
“Es el gran lunar que tiene Colombia. El Gobierno no ejerce control territorial sobre toda la extensión del territorio nacional. Es una enorme amenaza para la seguridad jurídica, y particularmente para los inversionistas en zonas riesgosas, en industrias como la extractiva. Es un factor a considerar”, expone Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, una agencia que proporciona análisis de riesgos comerciales, de seguridad, y políticos, para la región andina.
El analista es, eso sí, optimista con el porvenir de su país, también en cuanto a negocios. “El futuro tiene muy buenos augurios para Colombia, si los inversionistas saben ejercitar la paciencia estratégica e invertir a largo plazo. El país tiene muchas cosas jugando a su favor, como una población joven y creciente. Quedan muchas obras de infraestructura por hacerse y es un lugar donde el océano pacífico es aún una frontera inexplorada”, asegura.
Destaca Guzmán como positiva la llegada reciente al país de 1,7 millones de venezolanos, la mayoría jóvenes, un fenómeno sin precedentes en la región, que altera sustancialmente la demografía de un país de 49,65 millones de habitantes.
“La inmigración venezolana, si bien genera mucha inquietud, ayuda a expandir hacia afuera la curva de demanda agregada, lo cual, por supuesto, implica más consumo”, considera el analista.
Colombia regulariza llegada de venezolanos
El Gobierno del derechista Iván Duque, que sucedió a Santos en 2018, lejos de impedir esa llegada de venezolanos, la ha regularizado. Decidió, en febrero de 2021, dar papeles por diez años a los ciudadanos del país vecino llegados a territorio colombiano hasta finales de 2020.
Los millones de venezolanos tendrán permiso de trabajo por diez años, tras los que podrán establecerse permanentemente en el país.
Duque llegó al Gobierno hace tres años, prometiendo fomentar la creación de empresas. El Ejecutivo consiguió la aprobación en el Parlamento de una reforma tributaria que reducía los impuestos corporativos.
La pandemia parece haber dado marcha atrás a varios de los cambios introducidos entonces. “El Gobierno se ve obligado a hacer una nueva reforma tributaria ahora, porque se vio corto de ingresos. Las agencias de calificación pusieron al Estado en advertencia. Fitch ya dijo que si se baja la calificación de Colombia por debajo del grado de inversión, ocho empresas de las 21 que califica también verían su nota afectada”, afirma Guzmán.
Economía comenzará a recuperarse este año
La economía comenzará a recuperarse este año. El Fondo Monetario Internacional calcula que el PIB crecerá un 4,6% en 2021, y Miró ve posibilidades de inversión.
“Surgen oportunidades para capitales españoles para entrar en la adquisición de hoteles urbanos y vacacionales a precios con descuento. Vemos que habrá oportunidades de coste de reposición actualizado menos un 25%. Una de las grandes barreras de entrada en Colombia es el alto precio de la tierra, y en este caso los números harán sentido para los inversores españoles, ya sean hoteleros o fondos de inversión”, asegura.
“También existe la posibilidad de la adquisición para reconversión a otros usos, como es la vivienda de ancianos asistida y el Co-Living. Tienen todo el sentido, no sólo por la oportunidad sobre el descuento, sino, sobre todo, por el fuerte incremento de la demanda que venían experimentando ambos usos en los últimos años”, añade el consultor Miró.
Colombia no es un país para inversores cortoplacistas
Colombia es un país, además, donde el papeleo no es tan engorroso como en otros países de la región.
“Montar una sociedad allí es relativamente fácil, ágil, y no comprende un desembolso muy alto. Si la empresa trae capitales, los procesos son relativamente ágiles y, además, se conceden visados para sus directivos y socios de manera rápida”, comenta el español Miró.
“El Gobierno de Duque ha implementado procesos para reducir los trámites burocráticos, los cuales también se han visto reforzados y agilizados como consecuencia de la pandemia, con lo que, sin duda, hoy es más rápido que hace tres o cuatro años, y el objetivo es facilitar la llegada de capitales. Sí es cierto que, ya una vez operativa la empresa, los procesos con entidades públicas, muchas ligadas con labores relacionadas con empleados y sus prestaciones, pueden ser más desconocidas y, por ello, más engorrosas. También, si surgen procesos de investigaciones aleatorias, son más largos”, añade Miró.
El clima empresarial no está exento de la corrupción, que aumenta en las regiones alejadas de los centros urbanos.