Los cerca de 800 mil habitantes de La Guajira, al norte de Colombia, deben trasladarse a diario cientos de kilómetros para buscar una fuente de energía eléctrica. Algunas de sus actividades, como la pesca, las realizan en la noche y para cargar sus equipos deben invertir cada tres días más de 40.000 dólares en baterías.
El Político
Al igual que las comunidades que viven en este departamento colombiano, 840 millones de personas en todo el mundo tampoco tienen acceso a una fuente de electricidad confiable, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala El Espectador.
Estas comunidades generalmente están asentadas en el mar, que es la batería de energía más abundante del mundo. O, por lo menos, así lo demostró una empresa colombiana. Esta transformó el agua salada, que representa el 70% de la Tierra, en energía a través de una linterna. “Llevamos trabajando seis años en este dispositivo para llevar luz a esas zonas marginadas, pero queríamos que fuera energía limpia, sobre todo porque los combustibles fósiles contaminan bastante y se estima que se agoten en los próximos 52 años”, dice Juan Felipe Avendaño, manager de E-Dina.
Colombia y la innovación
WaterLigh, como se llama la linterna, fue desarrollada por la empresa colombiana E-Dina, en cooperación con Wunderman Thompson Colombia. La primera vez que se utilizó fue hace seis años. En ese entonces solo consiguieron hacer titilar a dos de los bombillos led. “Solamente que prendiera con agua era una gran sorpresa para nosotros, así que seguimos trabajando en cómo se podría mejorar el dispositivo”, cuenta Avendaño. Luego de varios ensayos, pruebas y errores lograron que todos los bombillos prendieran y se mantuvieran encendidos por un largo tiempo.
#WaterLight es la revolución energética sostenible que ayuda a iluminar los hogares de las comunidades sin electricidad.
#EnergíaRenovable#RevoluciónEnergética
Vía: edina_waterligh pic.twitter.com/EOtorIM5Bj— ?? ℙ????? ??????? (@EPInforma) June 8, 2021
¿Cómo se genera la luz?
Avendaño explica que lo que se hace es aprovechar el poder de la ionización; un proceso mediante el cual los electrolitos de agua salada reaccionan con el aluminio del interior del dispositivo, transformando el magnesio en su interior en energía eléctrica. “Cada linterna, que pesa cerca de 2 kilos, cuenta con una carcasa exterior cilíndrica de madera; un circuito en su base y una tapa perforada en la parte superior que permite que el agua fluya hacia el dispositivo mientras el hidrógeno creado durante el proceso de ionización escapa”, aclara.
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