El servicio del Día del Commonwealth es un evento importante en el calendario real, principalmente porque la reina de 93 años ha apoyado a la organización la mayor parte de su vida. Se convirtió en jefa de la red de 54 países en 1952, cuando apenas tenía 26 años.
El Político
El acto principal tuvo lugar en la Abadía de Westminster, que fue engalanada con centros florales realizados por la Asociación Nacional de Sociedades de Arreglos Florales.
Ya es una tradición que el segundo lunes de marzo, Londres acoja esta importante ceremonia.
Los muros de imponente edificio, donde se han realizado algunas bodas reales como la de los duques de Cambridge, eran elescenario de un servicio interreligioso en el que participaron invitados de los 54 países de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth) venidos de África, Asia, el Caribe, América, el Pacífico y Europa. En total, cerca de 2.000 invitados entre representantes políticos y miembros de la sociedad civil.
Isabel siempre ha propiciado las buenas relaciones entre sus miembros como su propio proyecto político, dijo Philip Murphy, director del Instituto de Estudios del Commonwealth en la Facultad de Estudios Avanzados de la Universidad de Londres.
"No es solamente lo que mucha gente llamaría nostalgia imperial — un anhelo por los viejos buenos tiempos del Raj”, dijo Murphy. “La reina siempre ha acogido un Commonwealth en evolución y ha apoyado la idea de Gran Bretaña como un país multirracial porque es parte de un Commonwealth multirracial”.
Servicio se salió del plan original
Después de su intensa gira de despedida, que arrancó el pasado jueves con la entrega de los premios Endeavour, de su asistencia al Royal Albert Hall, de su aparición acompañando a la Reina a misa y de otros actos fuera de agenda que ha protagonizado Meghan, los Duques participaron en el Día
de la Commonwealth, una de las jornadas más importantes para el calendario británico y de Isabel II y en el que se reencontraron públicamente con la monarca, con el príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles, los duques de Cambridge y los condes de Wessex.
Harry y Meghan, los duques de Sussex, se enfrentaron a su último acto institucional como miembros ‘senior’ de la Familia Real británica. Era su despedida del Reino Unido como ‘royals’, aunque la desconexión definitiva tendrá lugar el 31 de marzo.
Enrique y Meghan fueron escoltados a sus asientos antes de la llegada de la reina en lugar de esperarla y caminar con ella por la iglesia como lo hicieron el año pasado.
En un cambio de orden, el príncipe Guillermo y su esposa Kate, duquesa de Cambridge, tampoco participaron en la tradicional procesión de la reina, haciendo menos llamativa la ausencia de los miembros salientes.
La reina les dio a Enrique y Meghan los títulos de duque y duquesa de Sussex el día de su boda. A partir de fines de marzo, los Sussex ya no usarán sus títulos reales mientras buscan su libertad financiera en Norteamérica.
Se espera que la pareja se mantenga al menos parcialmente dando charlas y conferencias, algo que puede rendirles hasta 400.000 dólares por evento a los oradores más buscados como el expresidente estadounidense Barack Obama. Ya dieron al menos una charla el mes pasado en Florida, en una conferencia de JPMorgan, pero no se sabe si les pagaron ni cuánto.
A partir del 1 de abril, el príncipe Harry y Meghan dejarán sus deberes monárquicos, podrán ser financieramente independientes y continuar con su vida en Canadá, junto a su hijo Archie.
Entre otras cosas tendrán que pagar por su seguridad, pues el gobierno canadiense dijo que no cubrirá este gasto de la pareja una vez que se retire de sus deberes reales.
En la abadía de Westminster
Los condes de Wessex fueron los primeros en llegar, seguidos de los duques de Sussex. Meghan optaba por un total look en verde que coronaba con un pequeño tocado con redecilla en el mismo tono de William Chambers.
La duquesa elegía para su último acto institucional un vestido con original capa al cuello de Emilia Wickstead, bolso de Gabriella Hearst y zapatos de Aquazzura.
Los duques de Cambridge fueron los siguientes en hacer acto de presencia.
Desde el pasado noviembre no se veía en público a los “cuatro fantásticos” (duques de Cambridge y de Sussex) junos, una imagen que ya no se volverá a repetir en un acto institucional, al menos durante un año, período tras el cual se revisará el contrato establecido entre los duques de Sussex e Isabel.
Los actos protocolares y festejos
Después, y tras la llegada de la soberana, todos cantaron God Save The Queen, el himno nacional del Reino Unido.
El príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles precedieron, por su parte la llegada de la reina. Con todos los invitados dentro, daba comienzo un desfile de banderas de todos los países que forman la Commonwealth al que le siguió una serie de bailes, música y actuaciones tanto dentro como fuera de la abadía.
En esta ocasión se contó con las actuaciones de la compositora, cantante y actriz inglesa Alexandra Burke y de Craig David, que alcanzó en 2001 la fama musical con su álbum debut Born to do it. El campeón mundial de boxeo en la categoría de peso pesado, Anthony Joshua, dirigió unas palabras a los presentes.
Discurso de Isabel II
Por su parte, Isabel II el pasado sábado hizo público un texto en el cual destacó la diversidad de personas y países que “conforman nuestra familia mundial”.
“A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de ver y escuchar cómo la pertenencia a la familia de la Commonwealth significa mucho para quienes viven en todas las partes del mundo, a menudo en lugares bastante remotos. Los avances en tecnología y medios modernos ahora han permitido que muchas más personas sean testigos y disfruten, con notable inmediatez, de esta experiencia de conexión con la Commonwealth, en áreas como educación, medicina y conservación”, destacó la reina.
“En este Día de la Commonwealth, espero que las personas y los países de la Commonwealth se inspiren en todo lo que compartimos y avancen con una nueva resolución para mejorar la influencia de la Commonwealth
para el bien en nuestro mundo", concluyó la soberana.
Duelo de estilos entre las duquesas
El esperado reencuentro público entre los duques de Sussex y el resto de la familia real fue el último duelo oficial de estilo entre las dos duquesas antes del conocido popularmente como ‘Megxit’ o ‘Sussexit’.
La expectativa no podía ser mayor después de que durante el pasado fin de semana, Meghan Markle dejara varios looks para el recuerdo como su vestidazo rojo con capa o la blusa semitransparente de menos de 55 euros.
Ayer se despidió por todo lo alto con un nuevo vestido al más puro estilo ‘superwoman‘.
Meghan optó por un tono esmeralda al que no recurre habitualmente y estrenpo un diseño de Emilia Wickstead, curiosamente una de las firmas preferidas de su cuñada Kate. El broche de oro lo puso la capa asimétrica que agregó, un detalle que parte del cuello perkins drapeado y caía hasta por debajo de la cadera que dió mucho juego a la hora de posar ante las cámaras, puesto que creaba un teatral efecto “superheroína”.
Cabe destacar, además, que se rumorea que podría estar moviendo los hilos para participar en una película de esta temática, por lo que la gracia y el significado del conjunto son aún mayores.
Como manda el estricto protocolo inglés para actos religiosos de este tipo, remató con un tocado, en concreto una pieza lateral tipo casquete adornada con un velo de red finalizado en un gran lazo obra de William Chambers.
Como calzado, optó por recuperar sus tacones color nude de Aquazzura para estilizar sus piernas visualment, y, en cuanto al bolso, volvió a lucir el modelo Demi de Gabriella Hearst en verde botella que ya había usado en otras ocasiones.
Este accesorio, bautizado en honor a Demi Moore, tiene un precio de 1.895 euros y fue la elección de Meghan para visitar Sussex por primera vez.
(Con información de Hola!, El Mundo)