La industria petroquímica venezolana languidece entre el olvido, la dejadez y la corrupción. De ser orgullo a nivel internacional, es ahora casi que un estiercolero, gracias a la combinación de los gobiernos de Chávez y Maduro
El Político
Mientras que, por una parte, Guillermo Wallis, presidente de la Asociación Venezolana de la Industria Químicos (ASOQUIM), reconoce que apenas un 35% de las industrias químicas en el país están operando por debajo del 20% de su capacidad, y 77% por debajo del 40%.
"Hoy en día solo 50% de las empresas piensan que el año 2023 estarán mejor, sin embargo, al iniciar el año eran 65%.
-Otro tema que nos preocupa es el establecimiento del IGTF, el cual distorsiona en exceso a la producción nacional, junto al regreso del control de precios, uno de los motivos de la escasez entre el 2017 y el 2018.
Una industria destruida
Varios son los personajes que se han encargado de destruir una de los símbolos del progreso de la democracia venezolana.
La industria petroquímica venezolana no merece desempeñar el actual papel. Sin embargo, fuentes vinculadas a la industria acusan a personajes afines al régimen, quienes son grandes culpables de dicho caos.
Una de ellas sería María Odette Soarez, gerente de mercadeo de Polinter desde 1996.
Odette Soarez es protagonista de innumerables hechos turbios, desde 1991 cuando ingresó en la industria. Es famosa porque las importaciones que realizaba la empresa eran siempre favorecidas para su ex jefe, Henri Levi, quien vive en Miami desde 1996, luego de enriquecerse con los negocios hechos a través de las empresas Dimaprica y Dipolvenca).
Se descuidó el mercado nacional, dándole preferencia a la exportación de materias primas plásticos, sin fomentar en ningún momento el reciclaje de los residuos plásticos, la ecología y el medio ambiente.
Otro personaje que le ha hecho un enorme daño a la industria es Khalil Nasser, gerente general de plásticos Santa Cruz. , quien hacía negocios "fabricando material para películas" para la corporación CASA, cuando importaban alimentos a granel y los envasaban en Venezuela.
Cómo sabemos bien, desde hace años, el régimen importa los alimentos ya envasados, desde México, Turquía, Irán , Siria, y Nicaragua.
Aparentemente, los personajes del régimen se benefician mucho más así, aún cuando se aumentan los costos y se colapsa lo poco que queda de industria nacional, lo cual es evidentemente, uno de sus principales objetivos
Mejor emigrar que un accidente
La pésima gestión de Pequiven y las empresas de plásticos de El Tablazo, ha llevado a una triste emigración del personal calificado, quienes están ahora fuera del país laborando en Colombia, México, Ecuador, Chile, y el Perú.
Se sabe que el personal que opera actualmente las plantas de plásticos del complejo petroquímico El Tablazo, no tienen la preparación ni la experticia requeridas.
Esto lleva a hacerse una serie de preguntas: ¿cómo es la calidad de estas resinas plásticas ahora? ¿Cuánto tiempo funcionarán las referidas plantas hasta el colapso operativo? Y sobre todo ¿de qué magnitud será el próximo accidente en el complejo?
La seguridad industrial es lo más importante, ya que ahí está en juego la vida de miles de trabajadores y de las comunidades aledañas. Ejemplos de accidentes sobran en el país, como los sucedidos en Falcón y Carabobo, que siempre terminan siendo clasificados como "sabotaje" por parte del régimen.
Hasta 1998, el valor agregado nacional de las resinas de polietileno y polipropileno era altísimo, tipo 98%, ya que solo se importaban los catalizadores y aditivos. Esto era un gran orgullo para el país y la industria.
Como lo expresamos en el anterior reportaje, ahora se importa el etileno y propileno que representan el mayor peso en los costos, y los pagan haciendo maquila, lo cual reduce aún más cualquier rentabilidad operativa.
En conclusión, estamos muy muy lejos del nivel de 1998-1999, y los cambios anunciados por Pequiven no llegan sino a una muy discreta producción, que seguramente será direccionada hacia quienes hacen negocios con el régimen, con su consecuente tajada o mordisco.