Cuatro niños indígenas del sureste de Colombia estuvieron 40 días a la deriva en una de las regiones menos exploradas, más tupidas y agrestes del mundo. Algunos medios han reseñado la noticia como la heroica historia de los pequeños de la selva.
El Político
Tras permanecer 39 días perdidos en la selva, luego de sobrevivir a un accidente aéreo –el 1.º de mayo pasado–, los niños reciben atención médica y psicológica, además de visitas de parte de los indígenas y comandos del Ejército que participaron en su búsqueda.
Los cuatro niños, Soleiny, Tien, Lesly y Cristin, eran hijos de Magdalena Mucutuy, quien viajaba entre la localidad de Araracuara en el Amazonas hasta la ciudad de San José del Guaviare.
Desde su cuarto en el Hospital Militar de Bogotá, Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años, continúa su recuperación junto con sus hermanos Soleiny, Tien y Cristin.
El estuvo en el hospital y recibió dos dibujos realizados por las niñas.
Los dibujos, dados a conocer la anoche del domingo, arrojaron de nuevo esperanza en la pronta recuperación de los niños que sobrevivieron consumiendo una fruta conocida como juan soco; y a otra de una planta amazónica conocida como milpesos.
También encontraron uno de los 100 kit que lanzaron las Fuerzas Militares, y que les duró 15 días. Así se lo narró a EL TIEMPO el rescatista indígena Henry Guerrero.
Cruce de denuncias
Mientras esto ocurría, a las afueras del hospital su papá, Manuel Miller Ranoque, lanzó una serie de quejas y denuncias.
Tras quejarse de que las fotos de sus hijos estaban en redes sin su permiso, aseguró que los niños habían subido a la avioneta para huir de las amenazas de reclutamiento de las disidencias.
Según él, recibió amenazas del frente ‘Carolina Ramírez’, por lo que pidió protección. “Para ellos, yo soy un objetivo”, señaló.
Y agregó que cuando él estaba siendo atendido en el Hospital Militar, se realizó la visita oficial del presidente Gustavo Petro, el pasado sábado, y les tomaron fotos a sus hijos sin su permiso.
“Totalmente estoy en desacuerdo con eso. ¿Cómo que van a coger a mis hijos como objeto de burla? Si yo, que soy el papá, no estoy haciendo eso, ¿para qué personas que están durmiendo y comiendo bien se van allá, los dejan ingresar, sacan fotos de mis hijos, las riegan en redes? Eso es injusto”, apuntó.
Ranoque agregó: “El sábado, el presidente Petro quedó de hablar conmigo y me dejó esperando. No entiendo. Quiero que respete, la decisión la tomo yo como papá. No estoy muerto”.
En relación con las denuncias de maltrato hacia su esposa e hijos, Ranoque aseguró que las denuncias responden a temas económicos, dijo que la familia Mucutuy quiere quitarle a los niños.
El hombre se refirió a la difícil situación que vivieron sus hijos: “No es tan fácil preguntarles porque son 40 días que no han comido bien, no han podido dormir bien, entonces no he tenido la oportunidad de sacar información. De mi parte, espero que los niños se recuperen bien”, expresó.
Para el papá de los pequeños haberlos encontrado con vida “es una prueba que me está haciendo Dios de qué tanta fe tengo en él y yo lo he demostrado con mis palabras”.
#MilagroEnLaSelva | Milagro en la selva: Salud Hernández-Mora cuenta la historia secreta de cómo cuatro niños indígenas sobrevivieron 40 días a la deriva hasta que fueron rescatados.
Los detalles ➡️ https://t.co/r6yfvNIlNJ pic.twitter.com/RLA8SqRoBA
— Revista Semana (@RevistaSemana) June 11, 2023
¿Qué dice el abuelo de los pequeños?
El abuelo de estos menores indígenas, Narciso Mucutuy, declaró a Semana que "estoy contento, alegre, de haber encontrado a mis nietos salvos, vivos"
"Quiero agradecerle a mi Diosito que está en los cielos, a Jesucristo, a los ángeles, a los apóstoles y también a diferentes sabedores de diferentes etnias indígenas, que nos colaboraron; también felicito a la fuerza militar que colaboró en la búsqueda de nuestros hijos hasta el último día; no hay cómo agradecerles".
También agradeció el apoyo de la Cruz Roja, de la Defensa Civil, la guardia campesina y de Bienestar Familiar porque "nunca nos dejaron, hasta ahora nos siguen acompañando. Hay otras personas más que sienten por nosotros el dolor que sentimos como padres y familias de la misma sangre", reportó Semana.
Dijo que está muy agradecido con el Estado porque "mis nietos están siendo atendidos en el hospital. Como indígenas, tenemos nuestro ritual para compartir con los médicos tanto de la parte occidental como la parte tradicional".
El abuelo comentó que los niños llegaron muy desnutridos, golpeados por el golpe de la avioneta, maltratados, sin reseñas manchadas, pero se recuperarán".
Sin embargo, precisó que los niños ya están comiendo y los abuelos están haciendo los rituales para que ellos se alimenten.
"Para los indígenas cuando hay una persona enferma, como en el caso de mis nietos, hacemos un ritual para darles de comer y que los alimentos les hagan provecho: agua, jugo, pescado o caldo".
#MilagroEnLaSelva | Los abuelos de los niños perdidos en la selva quieren la custodia de sus cuatro nietos: “Yo como papá de ellos y la abuelita como mamá. Esa es la esperanza” https://t.co/DU9ZvWAVj5
— Revista Semana (@RevistaSemana) June 12, 2023
Panorama general
1.º de mayo
La aeronave Cessna 206 HK 2803, de la empresa Avianline que cubría la ruta Araracuara-San José del Guaviare (Guaviare) que trasladaba a siete personas, incluidos los cuatro menores de edad, reportó una emergencia en uno de sus motores y su rastro se perdió.
15 de mayo
A las 10 de la mañana, los rescatistas encontraron un tetero que se convirtió en el primer signo de que había sobrevivientes tras el trágico accidente.
Sobre las 2:26 de la tarde, además, hallaron la cáscara de una maracuyá que probablemente fue comida por alguno de los menores.
Tras 370 horas de trabajo fueron hallados los restos de la avioneta en zona rural y selvática del municipio de Solano, Caquetá.
En la aeronave fue encontrado el cuerpo de una de las víctimas y, al día siguiente, las autoridades confirmaron el hallazgo de otros tres.
17 de mayo
Pasadas las 4 de la tarde, el hallazgo de una huella revivió la esperanza de encontrar a los menores. El mismo día, en medio de confusiones, el presidente Gustavo Petro anunció que los menores habían sido hallados, lo cual, luego se confirmó, se dio por una información errada.
18 de mayo
Tras el anuncio presidencial y la confirmación de que los menores seguían perdidos, el jefe de Estado aclaró la información que, dijo, le fue entregada por el ICBF. Ese mismo día, los equipos de las FF. MM. y de indígenas hallaron una segunda huella a una distancia considerable de la primera en medio de la selva.
Uno de los varios guías caninos que desde el comienzo hacían parte de la búsqueda, un perro de nombre Wilson, que es un pastor belga de seis años de edad, se perdió de los rescatistas en medio de la selva. Se conoció que el perro llegó a donde estaban los niños indígenas.
23 de mayo
Los rescatistas encontraron un pañal y un protector de celular a las 5:10 de la tarde. Luego, con cinco minutos de diferencia, pero en una zona diferente, se ubicó un pañal y la tapa de un tetero.
La operación de búsqueda no encontró más pistas como estas, pero sí realizó el lanzamiento de 100 kits con comida desde el aire.
9 de junio
Un total de 39 días después del accidente, el milagro en la selva colombiana se dio: los cuatro menores, con graves signos de desnutrición y de deshidratación, estaban vivos.
Si hubieran caminado en línea recta, estaban aproximadamente a cinco kilómetros del lugar del siniestro.
El encuentro de saberes: indigenas y militares.
El encuentro de fuerzas por un bien común: guardia indígena y las fuerzas militares de Colombia.
El respeto a la selva.
Aquí se muestra un camino diferente para Colombia: creo que este es el verdadero camino de la Paz.
Aquí hay una… pic.twitter.com/Xl77iArFa6— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 10, 2023
¿Cómo lograron sortear la selva?
Los niños, por intuición, aprenden mucho de sus padres. Cuando van a cazar, a recolectar frutas. Su observación es fundamental. Van aprendiendo lo que les puede servir y lo que no.
A veces se enferman por probar cosas que no deberían, pero ahí es donde están los hermanos mayores, que los ayudan a determinar qué es perjudicial.
Cada árbol, cada planta, cada animal indica dónde estamos, qué hay disponible y cuáles son las amenazas. Y los niños saben interpretar eso.
Además de su aprendizaje, se ayudan de los animales. Por ejemplo, de los micos, que como se alimentan parecido a nosotros, con muchas frutas dulces, sirven de guía. Hay una convivencia entre nosotros y ellos, que, como están en los árboles, van tirando alimento al piso. El reto es adaptarse a su movimiento, que es rápido.
El fotógrafo y profesor de la Universidad Nacional admite que durante estos 40 días los niños fueron vulnerables: el alimento es escaso y la relación con los animales puede ser tan complementaria como fatal.
Pero también estaban en sintonía con la naturaleza, asegura. "Protegidos por la selva".
Detalla que se trata de una selva muy oscura, muy densa, donde están los árboles más grandes de la región. Es una zona que no ha sido explorada. Las poblaciones son pequeñas, y están al lado del rio, no en la selva.
Explicó que en ese lugar hay frío, sancudos, humedad. Es peligroso, porque es el corredor del jaguar, de la anaconda, de la serpiente verrugosa, una de las venenosas más grandes de América.
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En conclusión
Los niños lograron sobrevivir en la selva del Guaviare gracias a su ingenio para buscar alimento y refugio, la colaboración de las autoridades y la comunidad, y su estado físico y mental.
Su historia es un ejemplo de resiliencia y adaptación ante situaciones adversas.
La mamá de los cuatro niños indígenas que fueron rescatados en la selva, Magdalena Mucutuy, quedó con vida después del accidente aéreo que sufrieron el primero de mayo, cuando la avioneta Cessna-206 HK-2803ta en la que se trasladaban tuvo una falla en el motor y se estrelló en la selva del Guaviare.
Los medios colombianos hablan de "milagro", "rescate", de "heroísmo" del ejército. Pero para Alex Rufino, un indígena ticuna experto en cuidados de la selva, ese lenguaje manifiesta una ignorancia del mundo indígena.