Después de que un Boeing 737 Max 9 viviera una catástrofe en pleno vuelo, la empresa estadounidense se enfrenta al desafío de reconstruir la confianza en su capacidad para fabricar aviones confiables.
El Político
En octubre, Dave Calhoun, CEO de Boeing, buscó inspirar y motivar a sus empleados tras un contratiempo en la fabricación que involucraba agujeros perforados incorrectamente en una sección crítica del avión.
Este incidente representó un nuevo golpe para la empresa, que en el pasado se había destacado por su impecable reputación en la construcción de aviones impresionantes.
Calhoun escribió en un memorando de la empresa: "He escuchado a personas ajenas a nuestra empresa preguntarse si hemos perdido un paso. Yo lo veo todo lo contrario", y destacó el "rigor en torno a nuestros procesos de calidad" en el fabricante de aviones estadounidense. "Estoy orgulloso del equipo y confío en que recordaremos este período como cuando tomamos las medidas necesarias que pusieron a Boeing en el rumbo correcto para el futuro."
Sin embargo, el optimismo renovado fue rápidamente opacado por un serio incidente el 5 de enero de 2024, cuando un agujero enorme se abrió en un Boeing 737 Max 9. Afortunadamente, no se perdieron vidas y el avión aterrizó de manera segura en un aterrizaje de emergencia en Portland, Oregon.
Este incidente recordó a ingenieros, inversores y al público en general la caída de la empresa y el largo camino hacia la recuperación que aún queda por recorrer.
Actualmente Boeing se enfrenta a una investigación de la Administración Federal de Aviación y meses de escrutinio del Congreso y de los medios. Expertos, clientes clave y reguladores de Boeing, creen que solo un enfoque completo centrado en la seguridad y un replanteamiento integral de los protocolos de abastecimiento, ensamblaje y control de calidad de la compañía, allanarán el camino hacia la redención de su reputación.
Este proceso será a largo plazo y puede que incluso requiera un tiempo táctico de la rivalidad de la compañía con Airbus SE para poner su casa en orden.
Fabricación de 737 Max
Por su parte, Su relación con Spirit AeroSystems Holdings, un proveedor clave con sede en Wichita, Kansas, ha sido crucial en la fabricación del 737 Max. Sin embargo, la venta de Spirit Aero de Boeing en 2005 dejó al contratista sin la cobertura protectora del balance de Boeing, lo que lo dejó vulnerable durante tiempos difíciles como la pandemia.
La venta de Spirit Aero se considera un gran error por algunos, y la presión sobre Boeing para producir aviones de calidad y seguridad ha aumentado significativamente. Los inversores han castigado las acciones de Boeing, mientras que su competidor, Airbus, ha experimentado un rendimiento más sólido.
La compañía se enfrenta a la presión de aumentar la producción de sus aviones mientras lidia con la crisis de calidad. El reciente incidente en un vuelo de Alaska Airlines ha aumentado aún más la urgencia de asegurar la seguridad y calidad de sus aviones.
Aunque Boeing está trabajando arduamente para gestionar la situación desde una sala de guerra en Seattle, la junta directiva se cuestiona quién deberá asumir la responsabilidad.
El resurgimiento de Boeing dependerá en gran medida de que la compañía recupere su enfoque en la ingeniería, el piloto y la seguridad, según ex altos ejecutivos y clientes que han expresado su confianza en la empresa.