El partido político colombiano Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), surgido de la desmovilización de la guerrilla, cambió su nombre y ahora se llamará Comunes, informaron este domingo los miembros de ese movimiento.
El Político
“Acabamos de hacer el cambio de nombre de nuestro partido, de ahora en adelante se llamará el partido Comunes”, expresó la senadora Griselda Lobo, conocida como “Sandra Ramírez”, en un video publicado en sus redes sociales tras la segunda Asamblea Nacional Extraordinaria de ese movimiento luego de su desmovilización.
La antigua guerrilla de Colombia cambia su denominación como partido político y sepulta las siglas que la identificaron en más de medio siglo de conflicto armado
Después de 52 años de conflicto, la exguerilla de las FARC, ahora partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (con las mismas siglas), debutó en el campo electoral este domingo en las elecciones legisltativas de Colombia.
El histórico cambio fue producto del acuerdo de paz entre el Gobierno y la guerrilla en 2016 en La Habana.
La FARC presentó 23 candidatos en total para Cámara y Senado y obtuvo 52.532 votos en Senado y 32.636 votos en Cámara. Ninguna de las dos votaciones le alcanza para una curul. Sin embargo, según lo acordado en el acuerdo de paz de La Habana, se le asignaron 5 escaños en Senado y 5 en Cámara.
Para el consultor político Andrés Mejía Vergnaud, se podría decir que la FARC perdió por lo bajo de su votación, pero el hecho de que participaran en las elecciones y votaran, algunos por primera vez, fue una ganancia.
«La votación fue más baja de lo que se esperaba, aún cuando las expectativas era bajas. No se esperaba, mucho pero las votaciones de sus listas fueron bastante bajas y en particular en las zonas donde tuvieron influencia histórica, como en Caquetá y el oriente del país», afirma Mejía Vergnaud. Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, presidente del rebautizado partido Comunes, lee las conclusiones de la segunda asamblea nacional.
El partido político surgido del acuerdo de paz colombiano dejará de llamarse FARC. Los militantes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia han llegado a la conclusión de que esa sigla genera resistencia en múltiples sectores de la sociedad y han decidido identificarse a partir de ahora como Comunes, según anticiparon este domingo al final de su segunda asamblea después de haber dejado las armas hace ya cuatro años.
La organización ha votado por una imagen renovada y menos asociada a más de medio siglo de guerra en un cónclave extraordinario –debido a que fue postergado por cerca de un año debido a la pandemia del coronavirus–, que se celebró de manera semipresencial en 11 puntos del país. “Es una apuesta real y transformadora por la paz de Colombia hecha por la gente del común”, anunció la agrupación a través de Twitter.
“Esta asamblea ha consensuado en un debate democrático cambiar el nombre del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común por Comunes”, reiteró Rodrigo Londoño, Timochenko, presidente de la agrupación, al leer una declaración política al final de la jornada. “A la sociedad colombiana le ratificamos nuestro compromiso con la paz”, destacó.
Apuestan a una coalición de fuerzas
“Ha llegado la hora de crear una gran coalición de fuerzas con todos los demócratas de este país. De construir, por fuera de todos los extremos, un frente que termine de consolidar la paz”, apuntó sobre la convergencia que aspiran construir con los demás sectores favorables a los acuerdos que sellaron hace cuatro años con el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018).
Comunes obtuvo las mayorías frente a los otros dos nombres sometidos a votación, Unidad Popular del Común y Fuerza del Común, ha explicado la senadora del partido Griselda Lobo, más conocida como Sandra Ramírez. “Como los comuneros de José Antonio Galán: Ni un paso atrás, siempre adelante”, señalaba el también congresista Sergio Marín, en referencia a un prócer colombiano del siglo XVIII que fue apresado y descuartizado por participar en una insurrección contra la corona española.
Fiel a su ideario, el partido decidió presentarse ante los electores colombianos a principios de septiembre de 2017 sin renunciar a sus siglas históricas, en un guiño a sus bases que ha sido también un lastre electoral –y en su momento hirió susceptibilidades en varios sectores–
Dejará de llamarse FARC
Los militantes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia han llegado a la conclusión de que esa sigla genera resistencia en múltiples sectores de la sociedad y han decidido identificarse a partir de ahora como Comunes, según anticiparon este domingo al final de su segunda asamblea después de haber dejado las armas hace ya cuatro años.
La organización ha votado por una imagen renovada y menos asociada a más de medio siglo de guerra en un cónclave extraordinario –debido a que fue postergado por cerca de un año debido a la pandemia del coronavirus–, que se celebró de manera semipresencial en 11 puntos del país. “Es una apuesta real y transformadora por la paz de Colombia hecha por la gente del común”, anunció la agrupación a través de Twitter
Y Londoño tenía razón
El propio Londoño había planteado en ese congreso constitutivo la inconveniencia de mantener ese nombre –pero perdió 628 a 264 en las votaciones finales– y desde hace algún tiempo ha optado por usar otro término: “el partido de la rosa”, en alusión al símbolo tradicionalmente socialdemócrata que también los identifica, y que fue ratificado en el encuentro.
El acuerdo de paz que firmaron los excombatientes a finales de 2016 le garantiza al partido una bancada de diez congresistas por dos períodos legislativos –cinco en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes–. Sin embargo, las urnas no le han perdonado las décadas de conflicto armado.
En su estreno en los comicios legislativos de marzo de 2018 la organización apenas obtuvo 85.000 votos y, luego de varios incidentes durante la campaña, renunció a la candidatura presidencial de Timochenko en ese mismo año.
La cohesión de los cerca de 13.000 exguerrilleros que dejaron las armas se ha visto desafiada por varios episodios. En medio del recrudecimiento de la violencia en varios territorios, al incesante asesinato de excombatientes que firmaron la paz –más de 250, de acuerdo con las cifras de la dirigencia del partido– se suma la aparición de disidencias que se apartaron del proceso.
La disidencia de Iván Márquez
Entre ellas, la de Iván Márquez, el jefe negociador de la insurgencia durante los diálogos de La Habana. “La práctica nos demostró que había sido un error, que no es sostenible ese nombre por parte de un partido que se mueve en la legalidad, cuando otros grupos que regresaron a las armas o que no avanzaron hacia la dejación de las armas siguen llevando ese nombre”, le dijo a EL PAÍS el senador Julián Gallo, también conocido como Carlos Antonio Lozada, al comienzo de la asamblea que tuvo lugar a lo largo de este fin de semana.
El encuentro también debatió tanto el programa político del partido como sus orientaciones electorales, que cruzan por las alianzas con otras fuerzas favorables al acuerdo de paz de cara tanto a las próximas elecciones presidenciales como a las legislativas, ambas el próximo año. “Irnos solos a una candidatura presidencial en 2022 sería una quijotada. Lo que Colombia requiere con urgencia es una gran convergencia nacional por la paz, la democracia y la justicia social y económica. Haremos todo cuanto esté a nuestro alcance para contribuir a esa convergencia”, reconocía Londoño en declaraciones al periódico El Tiempo.
La congresista detalló que este nombre fue elegido en una votación entre tres opciones propuestas, que completaban la “Unidad Popular del Común” y “Fuerza del Común”, y con lo que buscan desvincularse de la antigua guerrilla.
La antigua guerrilla de Colombia cambia su denominación como partido político y sepulta las siglas que la identificaron en más de medio siglo de conflicto armado.
“Esta asamblea ha consensuado en un debate democrático cambiar el nombre del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común por Comunes”, reiteró Rodrigo Londoño, Timochenko, presidente de la agrupación, al leer una declaración política al final de la jornada. “A la sociedad colombiana le ratificamos nuestro compromiso con la paz”, destacó.
“Ha llegado la hora de crear una gran coalición de fuerzas con todos los demócratas de este país. De construir, por fuera de todos los extremos, un frente que termine de consolidar la paz”, apuntó sobre la convergencia que aspiran construir con los demás sectores favorables a los acuerdos que sellaron hace cuatro años con el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018).
Comunes obtuvo las mayorías frente a los otros dos nombres sometidos a votación, Unidad Popular del Común y Fuerza del Común, ha explicado la senadora del partido Griselda Lobo, más conocida como Sandra Ramírez. “Como los comuneros de José Antonio Galán: Ni un paso atrás, siempre adelante”, señalaba el también congresista Sergio Marín, en referencia a un prócer colombiano del siglo XVIII que fue apresado y descuartizado por participar en una insurrección contra la corona española.
Fiel a su ideario, el partido decidió presentarse ante los electores colombianos a principios de septiembre de 2017 sin renunciar a sus siglas históricas, en un guiño a sus bases que ha sido también un lastre electoral –y en su momento hirió susceptibilidades en varios sectores–.
El propio Londoño había planteado en ese congreso constitutivo la inconveniencia de mantener ese nombre –pero perdió 628 a 264 en las votaciones finales– y desde hace algún tiempo ha optado por usar otro término: “el partido de la rosa”, en alusión al símbolo tradicionalmente socialdemócrata que también los identifica, y que fue ratificado en el encuentro.
El acuerdo de paz que firmaron los excombatientes a finales de 2016 le garantiza al partido una bancada de diez congresistas por dos períodos legislativos –cinco en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes–. Sin embargo, las urnas no le han perdonado las décadas de conflicto armado. En su estreno en los comicios legislativos de marzo de 2018 la organización apenas obtuvo 85.000 votos y, luego de varios incidentes durante la campaña, renunció a la candidatura
El encuentro también debatió tanto el programa político del partido como sus orientaciones electorales, que cruzan por las alianzas con otras fuerzas favorables al acuerdo de paz de cara tanto a las próximas elecciones presidenciales como a las legislativas, ambas el próximo año. “Irnos solos a una candidatura presidencial en 2022 sería una quijotada.
Lo que Colombia requiere con urgencia es una gran convergencia nacional por la paz, la democracia y la justicia social y económica. Haremos todo cuanto esté a nuestro alcance para contribuir a esa convergencia”, reconocía Londoño en declaraciones al periódico El Tiempo.
La organización ha votado por una imagen renovada y menos asociada a más de medio siglo de guerra en un cónclave extraordinario –debido a que fue postergado por cerca de un año debido a la pandemia del coronavirus–, que se celebró de manera semipresencial en 11 puntos del país. “Es una apuesta real y transformadora por la paz de Colombia hecha por la gente del común”, anunció la agrupación a través de Twitter.
“Esta asamblea ha consensuado en un debate democrático cambiar el nombre del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común por Comunes”, reiteró Rodrigo Londoño, Timochenko, presidente de la agrupación, al leer una declaración política al final de la jornada. “A la sociedad colombiana le ratificamos nuestro compromiso con la paz”, destacó.
“Ha llegado la hora de crear una gran coalición de fuerzas con todos los demócratas de este país. De construir, por fuera de todos los extremos, un frente que termine de consolidar la paz”, apuntó sobre la convergencia que aspiran construir con los demás sectores favorables a los acuerdos que sellaron hace cuatro años con el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018).
Futuro político de Comunes
El encuentro también debatió tanto el programa político del partido como sus orientaciones electorales, que cruzan por las alianzas con otras fuerzas favorables al acuerdo de paz de cara tanto a las próximas elecciones presidenciales como a las legislativas, ambas el próximo año. “Irnos solos a una candidatura presidencial en 2022 sería una quijotada. Lo que Colombia requiere con urgencia es una gran convergencia nacional por la paz, la democracia y la justicia social y económica. Haremos todo cuanto esté a nuestro alcance para contribuir a esa convergencia”, reconocía Londoño en declaraciones al periódico El Tiempo.
“A partir de ahora seremos el Partido Comunes, un partido para la construcción de paz y la lucha por la Nueva Colombia”, expresó Pastor Alape, delegado de ese movimiento en el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR), en Twitter.
En agosto de 2017, nueve meses después de la firma de la paz, la antigua guerrilla definió en un congreso que su nombre político sería Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, y su logotipo, una rosa que evoca los símbolos socialdemócratas.
Sin embargo, distintos sectores del país criticaron la decisión de entonces de las FARC de seguir utilizando esa sigla luego de dejar las armas porque era inevitable el vínculo con la guerrilla, algo que hoy reconocen sus propios dirigentes.
En ese sentido, el presidente del partido, Rodrigo Londoño, conocido en su época de guerrillero como “Timochenko”, propuso a los militantes de la FARC cambiar el nombre del partido y les pidió que propongan otros nombres en la asamblea.
“La práctica, la realidad, demostró que no fue lo más acertado (mantener el nombre FARC). Espero que en esta segunda asamblea extraordinaria del partido, por la vida, por la paz con justicia social, la militancia debata este tema y cambiemos el nombre del partido”, añadió Londoño el pasado 20 de enero.
Ese partido realizó desde el viernes una asamblea extraordinaria en la que los temas a debatir fueron el cambio de nombre, logo y representante legal; el nuevo programa del movimiento y las elecciones de 2022.
Fuente: El Colombiano / El País