En días recientes, la dirigencia del movimiento Black Lives Matter respaldó al régimen cubano eximiéndole de toda culpa ante la crisis que vive Cuba. Culpó, y no nos sorprende, al mal-llamado “bloqueo” americano de todas las penurias que sufren los cubanos, y también de las protestas que a partir del domingo 11 de julio se hicieron oír en toda Cuba.
El Político
¿Será que para BLM, nuestro pueblo black and brown no es ni black, ni brown? No hacía falta binoculares para ver que –digamos– la mitad de los manifestantes que gritaban “¡Libertad!”, “¡Patria y vida!”, y “¡Abajo la dictadura!” eran black and brown.
Tampoco hacía falta binoculares para distinguir que gran parte de los revolucionarios con palos en la mano, convocados por el presidente-dictador Miguel Díaz-Canel a reprimir a un pueblo desarmado, también eran black and brown. Miguelito, el mayoral blanco, ordenó a sus esclavos por televisión a que dieran leña a sus hermanos de patria y raza, escribió Ileana Fuentes en Cuba Net.
Black Lives Matter en apuros en Cuba
El régimen que preside Díaz-Canel, y vice-preside Ramiro Valdés, a quien la multitud le gritó “¡Asesino!” en Santiago de Cuba, tiene un consejo de ministros de 31 cubanos blancos y apenas cuatro afrodescendientes.
Esto en un país donde la mitad de la población es black and brown. ¿Es o no es el régimen cubano un órgano de control blanco-supremacista? ¿Lo entenderá así la dirigencia de Black Lives Matter?
Es cierto el refrán: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Esa ceguera parece ser endémica de la dirigencia actual de BLM. Según explica Kaylee McGhee en su columna del Washington Examiner (julio 15): “[BLM] la fundó un grupo de ‘revolucionarios marxistas’, colaboradores de individuos y organizaciones comunistas (…), uno de ellos, excandidato a la vice-presidencia de EE.UU. por el Partido Comunista USA (…) y dos “marxistas entrenadas” –Alicia Garza y Patrisse Cullors– que así se describieron en una entrevista de 2015, y que se han dado de baja de la organización (…)”. Dichos orígenes explican, pero no justifican, el apoyo cómplice de BLM al régimen de sus camaradas “compañeros de viaje”.
Casos de racismo en Cuba
Es relevante al caso de George Floyd el arresto de Daniel Llorente Miranda, opositor negro que el 1ro de mayo 2017 corrió por la Plaza de la Revolución envuelto en una bandera americana. La policía trató de ahogarlo. Al quejarse de que lo estaban asfixiando le contestaron: “Eso queremos, que te mueras”.
Llorente fue llevado al Hospital Psiquiátrico Mazorra; estuvo internado bajo tortura psiquiátrica un año. Fue deportado a Guyana, donde la oficina protectora de refugiados de la Organización de Naciones Unidas lo amparó.
Relevante al caso Floyd es el del joven Hansel E. Hernández, de 27 años, a quien la policía de Guanabacoa baleó por la espalda el 24 de junio 2020, un mes después de los acontecimientos en Minneapolis. ¿Ha protestado por el asesinato de este brown Cuban la dirigencia de BLM?
Los músicos de hip hop y rap sufren acoso. Las Krudas Kubensis y Gente de Zona tuvieron que emigrar. Enfrentan represión desde hace años David Omni (Omni Zona Franca), Amaury Pacheco (Poesía sin fin) y los creadores del Movimiento San Isidro, particularmente Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel “Osorbo” Castillo, El Funky, Denis Solís y Enix Berrio Sardá.
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