Tras la decisión del Partido Republicano de destituir a Liz Cheney de su cargo como líder en el Congreso de Estados Unidos por desafiar al ex presidente Donald Trump y acusarlo por sus infundios sobre el fraude electoral, en el ambiente político ronda una gran pregunta. Y es que: “¿Hasta qué punto dañará la imagen pública del Partido Republicano de cara al próximo ciclo electoral de 2022 y 2024? Así se lo pregunta el analista político de la cadena Univisión David C. Adams.
El Político
El periodista, quien califica esta destitución como un “derramamiento de sangre política”, comenta que esta práctica no luce agradable en su momento. Y estima que aún es pronto como para conocerse cuáles serán sus efectos en términos puramente electorales.
Añade que para muchos observadores políticos la salida de Cheney, quien fungía como la tercera legisladora en la estructura de liderazgo en el Congreso, tendrá efectos evidentes. Cita a Matt Terrill, ex estratega republicano quien ahora trabaja para la consultora Firehouse Strategies. Afirma "Es un momento decisivo para el partido. Trump dejó la Casa Blanca, pero no salió del escenario político. Su presencia no va a desaparecer".
De su lado Adams apunta: “En muchos sentidos, Cheney era una persona improbable de tirar por la borda, una conservadora tradicional a la derecha del partido y que proviene de una familia con profundas raíces políticas. Su padre, Dick Cheney, ocupó en su día el mismo cargo del que ella fue sacada ahora. Fue secretario de Defensa con George H.W. Bush y luego vicepresidente con George W. Bush”.
Con expulsiones, divisiones y retiros, los republicanos deciden ser fieles a Trump a toda costa https://t.co/zC4adABMJB via @UniNoticias
— David C. Adams (@dadams7308) May 16, 2021
Se va Cheney, Trump en la escena
El analista de Univisión considera que tradicionalmente los partidos políticos buscan una cara nueva tras sufrir una derrota electoral y hasta se distancian de un ex presidente de un solo mandato. Cree, sin embargo, que la cúpula republicana parece sostener que es mejor abandonar a la legisladora de Wyoming y unirse en torno a Trump. Y que al desaparecerla de la lista se espera limitar el daño y volver a centrar sus esfuerzos en desafiar a los demócratas.
El periodista asegura tener conocimiento de que los estrategas de los republicanos argumentan que la deslealtad de Cheney hacia Trump estaba jugando a favor de los demócratas. Y que por esta razón debía ser silenciada. Se remite otra vez a Terrill: “Para la gente del partido que apoya a Trump, ven esto como algo bueno para el partido. No puedes esperar ganar elecciones si eres un partido dividido". Y que claramente tener a alguien como Cheney transmitiendo un mensaje discordante, resultaba insostenible.
Adams toma nota de lo expresado por Carlos Díaz-Rosillo, ex director de política en la Casa Blanca bajo el mandato de Trump. Este apuntó: "Ella era una verdadera distracción. Estaba repitiendo una serie de comentarios que estaban muy en desacuerdo con la situación actual del partido. Y creo que tenía que irse".
Puntualiza que la incógnita ahora consiste en saber si la destitución de Cheney sanará el partido o causará divisiones aún mayores.
Fuente: Univisión