La opinión pública está sacudida por la reciente sentencia a Jennifer Crumbley madre de Ethan Crumbley el tirador del Oxford High School quien asesinó a 4 estudiantes, puesto que es la primera vez en el mundo que se lleva a juicio y sentencia a padres de tiradores al menos en los Estados Unidos.
Las autoridades escolares advirtieron de comportamientos perturbadores que presentaba Ethan, como por ejemplo dibujos de personas sangrando en ejercicios de matemáticas.
Los padres de Ethan ocultaron que tenían armas en su hogar, así como pretendieron desaparecer las búsquedas en Google que él hacía, todas orientadas a como iniciar un tiroteo, como esconder armas, entre otras particularidades.
Al suceder el tiroteo, los padres del ahora condenado a cadena perpetua, apagaron su celular y huyeron, hasta ser arrestados en un complejo industrial en Detroit.
Prosecutors played jurors body cam video from 2021 that shows how Jennifer Crumbley and her husband were captured by authorities after several days in hiding. Crumbley was charged with involuntary manslaughter after her son killed four students at Oxford High School in Michigan. pic.twitter.com/Wnj6TRAa6d
— CBS Evening News (@CBSEveningNews) February 1, 2024
James Crumbley en ese entonces llevó a su hijo de 15 años a una armería para comprarle un revólver. Cuatro días después, Ethan saca esta arma comprada por su padre de la mochila en el colegio y empezó a disparar a todo el que se fue encontrando con el desenlace fatal ya conocido.
Ambos padres están acusados de homicidio involuntario y recientemente un jurado encontró culpable del cargo a la madre de Crumbley.
Esta es un caso que judicialmente hablando fue manejado de la forma correcta, al que aplaudo y encuentro bastante positivo, es sin duda alguna, un caso ejemplificante que no solo repercutirá de manera considerable el mundo legal y judicial, sino la forma en que muchos padres se están conduciendo.
Este caso, salvando las diferencias, no es muy distinto al de muchos padres que hacen caso omiso cuando sus hijos deciden acosar o hacer bullying en la escuela.
Los padres son responsables directos o co-responsables en su defecto, de un porcentaje importante de las acciones de sus hijos. Los niños vienen puros al mundo, sin malicia, sin preconceptos, y todas las conductas que repiten son impulsadas o permitidas en el hogar.
Un padre o madre puede decir mil veces: “Aquí no se dicen malas palabras” pero si son malas palabras lo que se escucha en casa y el entorno cercano, eso es lo que se va a repetir.
En este tema en particular, no es solo lo que se hace, sino lo que se permite también.
No son pocas las historias de padres negligentes e irresponsables, que a sabiendas de que tienen un hijo violento, que está dando problemas, deciden ignorarlo. Mucho peor cuando aplauden estas conductas, que no son sino las etapas tempranas y la antesala de la formación de futuros delincuentes o monstruos de esos que hoy son glamorizados por los medios de comunicación, en series y documentales.
Cuando suelo hablar de esto en mis conferencias, la audiencia se divide en dos mitades muy marcadas, unos aplauden mis palabras y otros se ofenden, porque se ven retratados en lo que describo. Suelen responder con injurias e insultos, lo que comprueba a detalle lo que explico de este problema que ya está robándose vidas y poco hemos hecho de forma estructurada y formal para detenerlo.
Las campañas para combatir el acoso escolar o bullying no funcionan, no sirven. He repetido en incontables oportunidades esto y las razones tras mis expresiones.
Aunque en muchos casos, las razones y el trasfondo de estas campañas es loable y bonito, la finalidad que es concienciar, educar y prevenir no se logra, porque no se está atacando el problema ni se está entendiendo el origen del mismo. Todo está y comienza en el hogar.
Así mismo, un alto porcentaje de estas campañas, termina usándose para solo llenar espacios y cumplir cuotas en redes sociales, o peor aún para limpiar imágenes de personalidades e “influencers”.
Son tan efectivas estas campañas como aplicar granos de azúcar a una infección en fase terminal.
Es imperativo que se comprenda la importancia vital que tienen los padres sobre los hijos y lo determinante que puede llegar a ser el que se apliquen correctivos a tiempo.
Corregir y disciplinar –sin abusar ni violentar claro está- también es una forma de demostrar amor y preocupación.
Hoy, ésta familia centro de la historia de la cual hoy se habla, pudiera estar contando una historia muy diferente. Sin embargo, escogieron y prefirieron la negligencia e irresponsabilidad, acciones estas que generaron consecuencias lamentables: 4 muertos, 6 heridos, una comunidad lacerada y una familia rota sin opción a un posible reparo. Todo previsible, todo innecesario.
Si usted es padre o madre, actúe ahora, mientras se puede. Sea verdaderamente un buen ejemplo en acciones, no solo en palabras. Vigile, corrija y tome las decisiones que sea necesarias con aplomo por duras que estas sean.
Y si no le aplica lo previamente descrito, no tiene por qué molestarse.
¡Hasta la próxima!
SOBRE LA AUTORA
Abogada, periodista, conferencista y escritora, presidente de Club de los viernes capítulo Venezuela, coordinadora general de Mujeres en libertad, conductora y productora de TV y radio.
Miembro de la mesa editorial nacional del Republican National Hispanic Assembly. Ex-corresponsal de Fox News. Analista y consultora política. Corresponsal en Buenas Nuevas, Puerto Rico. Presidente de The Ladies Coalition. Directora de la plataforma El Dato Político.