El transporte marítimo de mercancías se ha visto afectado a nivel mundial. Ya se había complicado con la llegada del COVID-19 a lo que se sumaron más adelante retrasos en entregas e inflación. Otro obstáculo reciente fue el atasco en el Canal de Suez que retrasó aún más la recuperación de esta vía de comercio que en las últimas se ha visto nuevamente amenazada.
El Político
El puerto de Yantian, uno de los más activos de China, anunció el pasado mes de mayo que no aceptaría nuevos contenedores para exportar mercancía ante la aparición de un brote de COVID-19 entre sus empleados. Pese a que se esperaba que el puerto estuviera activo en unos pocos días, su reapertura se ha retrasado por lo que se ha acumulado mercancía haciendo que las rutas comerciales atascaran, reseñó el diario AS.
Con la mercancía que recibe el puerto de Yantian se podrían llenar 36.000 contenedores de 6 metros al día. Aunque el puerto reabrió, aún no está a su máximo rendimiento, y se espera que a finales de junio ya vuelva a su funcionamiento normal. Sin embargo, pueden pasar meses para que la carga que se acumula en este puerto se pueda despejar.
Comercio a la espera
Algunos expertos, citados por AS, anuncian que se tardarán entre seis y ocho semanas en despejar la congestión que se vive en el puerto de Yantian. A.P. Moller-Maersk, la mayor naviera del mundo, aseguró el pasado jueves en un comunicado que “la tendencia es preocupante y la congestión incesante se está convirtiendo en un problema mundial”.
El atasco en este puerto se unirá, a finales de verano, al periodo de máxima demanda en Estados Unidos y en Europa; cuando los minoristas reabastecen almacenes antes de las compras del último trimestre del año. El costo de los fletes se disparó a causa del atasco por lo que el transporte marítimo es más caro que nunca.
Esto es un arma de doble filo, pues aparte del lastre que supone para el comercio mundial, también esta parada en el transito de mercancía está potenciando la inflación de precios.