George Santos, congresista republicano por Nueva York, no ha parado de meterse en aprietos desde que llegó al Capitolio. En la larga lista de controversias en torno a su persona hay una nueva: el descubrimiento de que retiró $85.000 de su campaña de reelección para pagar cientos de miles de dólares que se prestó a sí mismo para ser elegido a la cámara baja en 2022.
El Político
El legislador está tomando así dinero de un esfuerzo que ya estaba bastante mermado. Según reporta ABC News, registros de campaña del Congreso publicados el viernes muestran que Santos recaudó apenas $138.000 durante los últimos tres meses para una candidatura a la reelección que se espera que sea una de las carreras más vistas y disputadas del país en 2024. No porque el tercer distrito de Nueva York, que Santos representa, sea particularmente llamativo, sino por toda la polémica que él mismo ha generado.
Los registros muestran que Santos gastó casi $118,000, la mayor parte para comenzar a pagar los más de $700,000 que se prestó a sí mismo por su exitosa pero sorprendente victoria el año pasado.
La decepcionante recaudación de fondos actual sugiere posibles dificultades para defenderse de un desafío de su compañero republicano Kellen Curry, un veterano de la guerra de Afganistán y exbanquero de J.P. Morgan, quien recaudó más de $200,000 y gastó $36,000 durante el mismo período. Además, el principal demócrata que compite por el tercer distrito del Congreso de Nueva York, Joshua Lafazan, ha recaudado más de $345,000, gran parte de los cuales todavía están en el banco.
Un sinfín de líos con la ley
La opacidad con la que Santos maneja su dinero lo ha puesto antes bajo el reflector. En mayo de este año una corte de Nueva York le imputó trece delitos, incluyendo el robo de fondos públicos. Además, lo acusaron de hacer declaraciones falsas en los informes de divulgación financiera personal que había presentado a la Cámara de Representantes, al tergiversar la fuente de sus ingresos y luego al exagerarlos.
Santos se declaró inocente de todos los crímenes. En sintonía con el expresidente Donald Trump en medio de sus propios problemas legales, denunció que hay una "cacería de brujas" en su contra.
Sin embargo, la colección de entuertos de Santos con las autoridades es de mucha más larga data e incluso trasciende fronteras. En 2010 confesó haber cometido fraude de cheques en Brasil, país del que también es ciudadano. Nunca se presentó ante un tribunal brasileño.
Además, poco después de su victoria electoral de 2022 se reveló que Santos mintió al identificarse como egresado de prestigiosas casas de estudio como Baruch College y New York University. También dijo haber trabajado para los gigantes financieros Citigroup y Goldman Sachs, a pesar de que ambas empresas no tienen registros de que él haya sido su empleado.
Nada popular
Varios de sus colegas demócratas en la Cámara de Representantes han pedido públicamente que Santos sea expulsado de Capitol Hill, en vista de las acusaciones en su contra. Pero la dirigencia republicana en la cámara baja, empezando por su presidente, Kevin McCarthy, ha ignorado estas demandas y no lo ha presionado para que renuncie. Ello quizá se deba a que la mayoría republicana es tan estrecha, que McCarthy no puede darse el lujo de perder a ni un miembro.
Pese a los escándalos, Santos decidió buscar la reelección al Congreso en 2024. Pero fuera de Washington, y de vuelta a su distrito en Nueva York, ahí sí hay mayor resistencia a su empeño por parte de su propio partido. “La de George Santos el año pasado fue una campaña de engaño, mentiras y fabricaciones”, dijo el presidente del Partido Republicano del condado de Nassau, Joseph Cairo, en una conferencia de prensa en enero.
Tal vez por eso el rival de Santos en la contienda por la nominación republicana del distrito ha recaudado más fondos. Y ahora el representante actual contará con menos dinero por reembolsarse a sí mismo.