Luego del paso del huracán Ian por Florida, muchos se preguntan si su pronóstico de trayectoria logró engañar hasta a las autoridades.
Gustavo Márquez / El Político
Los meteorólogos utilizan el llamado cono de incertidumbre, para calcular la posible trayectoria de los huracanes, dentro de parámetros delimitados. La anchura del cono está basada en el promedio de errores de pronósticos, en un período de 5 años. Al calcular, se toma una media entre el pronóstico inicial y la trayectoria que finalmente tomaría el huracán.
Con este cono se intenta reducir al máximo posible el margen de error, a la hora de intentar determinar cuál será la próxima trayectoria de un huracán en pleno desarrollo.
En el caso del huracán Ian, su trayectoria cambio varias veces, en cientos de millas, mientras se desplazaba hacia las costas de Florida, después de haber dejado muy golpeada a la isla de Cuba.
Impactante video del paso del Huracán Ian por Florida. ?
Créditos al autor del vídeo pic.twitter.com/trQ3ydKa1C
— Alerta Cambio Climático (@AlertaCambio) October 2, 2022
No es fácil hacer pronósticos
debido a la cantidad de variables
Según indican los especialistas en clima, a medida que un huracán gana fuerza y sube de categoría, es común que modifique su trayectoria. Como en el caso del huracán Ian, que paso de ser una tormenta tropical a huracán de categoría 4 en pocos días, corrigiendo su trayectoria varias veces.
Adicionalmente, en su desplazamiento los huracanes pueden tropezar con condiciones climáticas que influirán en su comportamiento. En el caso de la llamada boca del Golfo de México, esta ejerce mucha influencia en el comportamiento de los huracanes, debido a sus aguas cálidas. Las cuales, según los meteorólogos, pueden actuar como incubadoras de las feroces tormentas, inyectándoles más calor. El cual se comporta como el combustible en un incendio.
Los huracanes son fenómenos naturales necesarios. Su trabajo es transportar el calor de la zona ecuatorial hacia los polos. Una manera de mantener equilibradas las temperaturas del planeta. Aunque en su recorrido causen tanto daño. Es como decir que se trata de un mal necesario.
El Centro Nacional de Huracanes inicia los avisos sobre el Posible Ciclón Tropical TRECE ubicado en el Caribe venezolano. Es decir, tenemos a la Onda Tropical 41 (AL91) con alta posibilidad de convertirse en Depresión Tropical. Los pronósticos de lluvias se mantienen #6oct 11 am. pic.twitter.com/jT2uSRajEu
— Luis Vargas (@Meteovargas) October 6, 2022
¿Cómo se hace un pronóstico?
Por ejemplo, los gráficos que publica el Centro Nacional de Huracanes, normalmente muestran probables ubicaciones a futuro de los fenómenos climáticos, basadas en cálculos matemáticos, condiciones del entorno, variables atmosféricas y otros factores. Se monitorea el comportamiento de los vientos cada seis horas, para hacer las predicciones de los próximos tres a cinco días.
En el caso de las tormentas tropicales y/o los huracanes, se calcula su superficie, la ubicación de su ojo, se miden los radios de los vientos. De esta manera se alimentan los modelos predictivos, para arrojar resultados de una posible trayectoria. Pero este desplazamiento o dirección no es inquebrantable. Pues está sujeta a muchas variables que la puedan modificar.
Según los pronósticos, en el caso del huracán Ian, se esperaba que su furia fuera aun mayor, a la que tuvo al tocar tierra en Florida. Una vez sobre Florida, en pocas horas comenzó a perder fuerza, se fue degradando. No sin antes dejar grandes destrozos a su paso.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) emitió una alerta de huracán para el archipiélago de San Andrés, Santa Catalina y Providencia, en Colombia, por el paso del potencial ciclón tropical Trece https://t.co/S3GeRoDbZI
— NTN24 Venezuela (@NTN24ve) October 7, 2022
Errores de interpretación
Según Rebecca Morss, científica principal del Centro Nacional de Investigación Atmosférica: “algunas personas piensan que el cono representa el tamaño de la tormenta, y esto no es cierto. Otras personas creen que el cono indica el área de impacto, y esto también es un error”.
Para algunos meteorólogos y especialistas en clima, los desastres provocados por los huracanes evidencian una falla en la manera cómo el Centro Nacional de Huracanes representa gráficamente sus predicciones. Se les critica que se enfocan en publicar la trayectoria como una prioridad, cuando lo más importante es el alcance y la intensidad de la tormenta propiamente dicha.
En este sentido, Craig Setzer, meteorólogo de transmisión en Miami, ha comentado que: “la tormenta no es un punto. Por mucho que le hayamos dicho a la gente que los peligros se extienden fuera del cono, lo cual es casi un descargo de responsabilidad, la gente no lo percibe así”.
Y ya hay más de 100 muertos en el estado de la Florida por Ron DeSantis.
“No hay tiempo para evacuar, busquen refugio y recen”, pide el gobernador de Florida. Este va a ser uno de esos históricos huracanes, el impacto va a ser enorme, alertó el gobernador Ron DeSantis pic.twitter.com/ihMXC15YtK
— LatinoToday (@TodayDominican) October 4, 2022
En resumen
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, habría mal interpretado los pronósticos del Centro Nacional de Huracanes. Esto debido a que los avisos de desalojo llegaron tarde por parte de las autoridades, para las zonas donde hubo pérdidas de vidas, además de grandes destrozos en infraestructuras. Esto como consecuencia de una mala interpretación del cono de incertidumbre.
Dichos avisos de desalojo se basaron en las predicciones. Pues gracias a ellas es que se implementan y afinan las medidas a tomar, en caso de huracanes. En este sentido, el gobernador DeSantis dijo que: "el condado de Lee basó su decisión de evacuación en el pronóstico de seguimiento del Centro Nacional de Huracanes. Estaban siguiendo la trayectoria del clima y tenían que tomar decisiones basadas en eso".
En todo caso, los pronósticos no son culpables de la tragedia. Las autoridades responsables de orientar a la población sobre cómo actuar en caso de emergencia, deben manejar criterios mucho más amplios, que incluyan un mayor margen de error, pues la naturaleza y su fuerza brutal es impredecible. Si una zona no está indicada como en peligro, por decisión de alguna autoridad, la realidad ha demostrado lo contrario.