Una misteriosa enfermedad detectada en un paciente de poco más de 60 años generó recientemente desconcierto en la comunidad médica de Canadá. Se trata de un nuevo caso de una misteriosa afección que hallaron por primera vez en 2015 en lo que consideraron una situación "aislada y atípica".
El Político
Tras diversos análisis y pruebas al paciente Roger Ellis, de quien en principio se creía que padecía un trastorno cerebral conocido como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), se determinó que forma parte de un reducido grupo de pacientes que presentan una misteriosa enfermedad cerebral degenerativa desconocida.
El doctor Alier Marrero, neurólogo del Centro Hospitalario Universitario Dr. Georges-L-Dumont, en Moncton, lleva el caso de este Ellis, quien se suma a una lista de pacientes con un síndrome "no visto antes". En la provincia actualmente rastrean 48 casos, divididos equitativamente entre hombres y mujeres, en edades que oscilan entre los 18 y los 85 años, relata la BBC.
Los pacientes provienen de áreas de la península Acadiana y Moncton en Nuevo Brunswick. También se cree que seis personas murieron a causa de esta enfermedad. De acuerdo con los análisis, los primeros pacientes comenzaron a presentar síntomas a partir de 2018; aunque se cree que algunos los experimentaron desde 2013.
El neurólogo de Moncton dirige actualmente una investigación sobre la afección, con la ayuda de un equipo de investigadores y la agencia federal de salud pública.
¿Cuáles son los síntomas?
Según el doctor Marrero, quien lleva el reciente caso de Roger Ellis, los síntomas son amplios y pueden variar entre los pacientes. Al principio, puede haber cambios de comportamiento como ansiedad, depresión e irritabilidad, junto con dolor inexplicable, dolores musculares y espasmos en personas previamente sanas.
Los pacientes con esta enfermedad desarrollan con frecuencia dificultades para dormir (insomnio severo o hipersomnia) y problemas de memoria. También pueden tener deficiencias del lenguaje que avanzan rápidamente y dificultan la comunicación, como la tartamudez o la repetición de palabras.
Otro síntoma es la rápida pérdida de peso y atrofia muscular, así como alteraciones visuales, problemas de coordinación y espasmos musculares involuntarios. Muchos pacientes necesitan la ayuda de andadores o sillas de ruedas. Algunos pacientes desarrollan sueños alucinatorios perturbadores o alucinaciones auditivas mientras están despiertos.
En varios pacientes se ha detectado un "síndrome de Capgras" transitorio; este es un trastorno psiquiátrico en el que una persona cree que alguien cercano a ellos ha sido reemplazado por un impostor.
¿Se trata de una enfermedad adquirida?
Hasta el momento se cree que se trata de una enfermedad adquirida y no genética. "Nuestra primera idea es que hay un elemento tóxico adquirido en el entorno de este paciente que desencadena los cambios degenerativos", dice Marrero a la BBC.
Los pacientes sospechosos son sometidos a pruebas de enfermedad priónica y pruebas de enfermedades genéticas, paneles que analizan trastornos autoinmunitarios o formas de cáncer; y pruebas de detección de virus, bacterias, hongos, metales pesados y anticuerpos anormales.
Además son consultados con relación a factores ambientales, estilo de vida, viajes, historial médico y fuentes de alimentos y agua. Y son sometidos a punciones lumbares para detectar posibles infecciones y trastornos.
De momento no hay un tratamiento para esta enfermedad; solo se alivian algunos síntomas.
Continuos estudios
El doctor Neil Cashman, neurólogo de la Universidad de la Columbia Británica, es uno de los investigadores que intenta descubrir este misterio médico. Este médico señala que si bien los pacientes no muestran rastros de ninguna enfermedad priónica conocida, no se ha descartado por completo como causa.
Manejan como teoría la exposición crónica a una "excitotoxina" como el ácido domoico, que estuvo vinculado a un incidente de intoxicación alimentaria en 1987 por mejillones contaminados de la provincia cercana de la isla del Príncipe Eduardo. Esta enfermedad provocaba malestar gastrointestinal, y alrededor de un tercio de los afectados presentó síntomas como pérdida de memoria, mareos, confusión; incluso algunos pacientes entraron en coma y cuatro murieron.
La toxina beta-metilamino-L-alanina (BMAA) también es analizada en relación a esta misteriosa enfermedad. La BMAA se ha señalado como un riesgo ambiental en el desarrollo de enfermedades como el alzhéimer y el párkinson; es producida por cianobacterias, comúnmente conocidas como algas verdiazules.
Algunos investigadores también creen que la BMAA está relacionada con una enfermedad neurodegenerativa documentada en una población indígena en la isla de Guam, en el Pacífico, a mediados del siglo XX, y que se encuentra en semillas que formaban parte de la dieta de los nativos.
Cashman advierte, sin embargo, que la lista actual de teorías "no está completa".
El doctor Alier Marrero considera posible que se trate de un fenómeno más amplio que se encuentra fuera de las dos regiones: la península Acadiana, con sus comunidades pesqueras y playas de arena, y Moncton, una ciudad donde actualmente se han identificado pacientes.