El boom de la gastronomía peruana de los últimos años ha impulsado el consumo de una serie de productos, los cuales tradicionalmente no eran considerados en el menú de los peruanos, como la quinua, el cuy, el vino, entre otros.
A propósito del vino, su consumo se ha disparado en los últimos diez años, especialmente el que se produce en el país, sin dejar la preferencia por los extranjeros, como el argentino, el chileno y el español.
Al respecto, el gerente comercial-sommelier de Santiago Queirolo, David Solari Berisso, señaló a Correo que el consumo per cápita (por persona) de vino en el país pasó de 0.5 litros (en 2005) a 1.3 litros en 2015. Es decir, dicho consumo más que se duplicó.
Indicó que ese crecimiento está en paralelo al despegue de la gastronomía peruana, porque permite hacer una serie de maridaje con diferentes comidas.
“Por ejemplo, el lomo saltado se puede combinar con una serie de vino semiseco; queda muy bien”, comentó.
En ese sentido, a modo de ejemplo, dijo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo moderado de vino.
Pisco. Con relación al consumo de pisco en el país, Solari Berisso manifestó que aún sigue siendo bajo, pues, por ser una bebida destilada con alto grado de alcohol, en la actualidad registra entre 0.3 y 0.5 litros (menos de medio litro por persona).
Señaló que Queirolo, con el propósito de impulsar el consumo de vino y pisco en el país, renueva cada cierto tiempo la presentación de sus diferentes líneas de productos, para que “ capturen” nuevos consumidores, tanto aquellos que conocen los vinos y piscos peruanos por sus abuelos y padres, como aquellos que nunca en su vida consumieron estas bebidas de producción nacional.
No obstante ser el pisco un trago de bandera, su consumo está muy por debajo del que se tiene en Chile, que es de 2.33 litros.
Con información de El Correo