Los podios son desinfectados antes de que un candidato suba a dar su discurso; la gente choca los puños o los codos en lugar de estrecharse las manos, y está fuera de discusión besar a los bebés. Eventos de campana se cancelan, lo que deja a candidatos hablando ante un puñado de periodistas y empleados en lugar de miles de entusiastas.
El Político
Así son las campañas en la época del coronavirus, cuando el temor a la rápida propagación de la nueva pandemia altera las campañas de Joe Biden y Bernie Sanders. La urgencia sobre el tema llega en un momento crucial en la primaria presidencial demócrata, ya que Biden comienza a posicionarse como el favorito a la nominación y Sanders intenta alcanzarlo.
“Si el coronavirus tiene el impacto duradero que todos tememos que tendrá, también cambiará drásticamente la forma en que se desarrolla la campaña presidencial”, dijo Jesse Ferguson, un estratega demócrata y exvocero de la campaña de Hillary Clinton.
“La política es fundamentalmente sobre líderes interactuando con las personas a las que representan, y si la pandemia anula esa capacidad, todo cambia: cómo haces campaña, cómo tocas las puertas, cómo haces eventos y cómo haces la labor política de persona a persona”.
Aunque las preocupaciones por el coronavirus han aumentado gradualmente conforme nuevos casos surgen todos los días y los demócratas han criticado al presidente Donald Trump por lo que consideran una respuesta insuficiente, el martes fue la primera ocasión en que el tema afectó a las campañas de forma sustancial. Tanto Biden como Sanders decidieron cancelar los eventos planeados de la noche de elecciones en Ohio por consejo de las autoridades de salud locales.
Por esa razón, Biden, quien ganó al menos cuatro de los seis estados que votaron, dio su discurso de victoria ante un grupo compuesto casi en su totalidad de prensa y decenas de empleados que caminaron desde la sede. Estuvo lejos de ser la gran celebración que Biden esperaba para una de las noches más importantes de su campaña 2020.
No es la primera vez que una seria crisis nacional ha afectado una contienda presidencial. Durante la campaña de 2008, cuando la economía se desplomaba, el nominado republicano John McCain regresó a Washington para trabajar en una respuesta legislativa a la crisis, en un intento de revivir su debilitada campaña.
Steve Schmidt, el principal asesor de McCain, dijo que la crisis del coronavirus podría ser particularmente problemática para Sanders, pero también para Trump.
“La política pura de esto es que congela la contienda demócrata para Bernie Sanders, quien está en las últimas. No puedes tener una revolución sin eventos de campaña”, dijo.
Mientras tanto, Trump se deleita en atraer a decenas de miles de seguidores a sus eventos y ha mantenido un calendario constante de eventos de campaña en meses recientes.
“El show de Trump se sostiene con eventos de campaña”, dijo.
Aunque no han dicho que suspenden los eventos, la campaña de Trump no tiene ninguno programado, una pausa inusual para su persistente contraprogramación.
El presidente de 73 años todavía estrecha manos y habla ante multitudes, a pesar de las advertencias de salud pública dirigidas para personas de su edad.
Pero aunque Trump sigue estrechando manos, esas advertencias de los funcionarios podrían afectar la forma en que Biden hace campaña. Aunque el exvicepresidente suele organizar eventos más pequeños y sólo ha reunido a miles de personas desde que ganó Carolina del Sur el 29 de febrero, es conocido por sus interacciones personales, con frecuencia físicas, con los votantes. Suele repartir abrazos y poner su frente contra la de un votante para compartir un momento emotivo.
En muchas personas, el nuevo coronavirus sólo provoca síntomas moderados, como fiebre y tos. En algunos, en particular adultos mayores y personas con problemas de salud ya existentes, puede causar enfermedades más graves, como neumonía. La gran mayoría de las personas se recupera del nuevo virus.
Fuente: AP