La crisis que vive Venezuela ha calado fuertemente en la sociedad. Donde los ciudadanos han disminuido considerablemente su poder adquisitivo, la dieta alimentaria y su calidad de vida. El alto costo de los productos y alimentos, aunado a la escasez ha llevado a disminuir la ingesta correcta de alimentos diario, así como también ha afectado la dieta de los más pequeños.
El inicio del año escolar 2017-2018 se ha oficializado como un reto de los padres para proporcionar la comida que sus hijos llevaran al colegio, debido al incremento constante del precio de los alimentos. El costo actual de una lonchera escolar es de 105.110 bolívares mensuales por niño, según información proporcionada por El Nacional. Lo que supera los 489,1% en comparación con el año 2016, que se necesitaba 17.840 bolívares mensual.
“Este año tendré que ingeniármelas más que el anterior para darles una comida de calidad a los niños, en lo que no puedo sacrificar el sándwich, la arepa o la cachapa con jamón o queso”, contó Raiza Ramírez, con un hijo que cursa primaria y otro bachillerato mientras aseguraba que desde el 2014 se le ha hecho un verdadero reto armar la lonchera escolar porque los alimentos han alcanzado precios inimaginables.
“Cada vez nos restringen más. Las panquecas, que incluía en la lonchera, las preparo muy de vez en cuando porque no se consigue harina de trigo ni la avena a precio regulado. La leche, a la que le incorporaba chocolate o chica y la echaba en el termo, la dejé solo para el desayuno”, explicó la madre venezolana.
El costo de la lonchera escolar por niño mensualmente equivale a 76,9% y 55,6% de los nuevos valores del salario mínimo y del ticket de alimentación respectivamente y que por el aumento de Nicolás Maduro, quedaron a partir del 1 de septiembre en 136.544,18 y 189.000 bolívares al mes.
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En el mes septiembre de 2016 el kilo de queso tipo mozarella o paisa, que en lonja se utiliza en sándwiches, estaba en 4.500 bolívares pero un año después se vende en 54.600 bolívares, lo que representa un alza de 1.113,3%. El jamón popular subió de 6.350 a 28.400 bolívares, 347,2% más. “El queso y el jamón los compro enteros para rallarlos, así los rindo más. Se acabaron las lonjas así sean finitas”, manifestó Marisela Gutiérrez, quien agregó que ahora compra el queso blanco duro que es el menos caro, pues cuesta 28.000 bolívares el kilo.
Otra opción son las frutas, las cuales no escapan de la inflación e incrementaron hasta el triple de lo que costaba en el año 2016. El kilo de lechosa se incrementó de 700 a 8.000 bolívares y el de cambur de 1.000 a 3.120 bolívares, con aumentos de 1.042,8% y 212%, respectivamente.
Por otra parte, el precio de pan de sándwich pasó de 1.500 bolívares a 11.000 bolívares, registrándose un alza del 633,3% entre los períodos mencionados. Asimismo, entre la proteína que pudiese incluirse en la lonchera, se encuentran los huevos revueltos o sanchochados, pero el costo de la unidad pasó de 171 a 1.133 bolívares, incrementando un 562,5%.
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Ingrid Soto, nutricionista del Hospital de Niños J. M. de Los Ríos, indicó que el incremento constante de los precios y la escasez de alimentos a precio regulado ha llevado a muchas familias de las zonas populares y de la clase media a consumir una o dos comidas al día.
Con información de Venezuela Al Día