El descontento está creciendo en las sociedades de las primeras economías africanas -Sudáfrica, Nigeria y Kenia- por la crisis económica y la corrupción, según un estudio del Pew Research Centre divulgado hoy.
Mientras que la ONU ya ha puesto en marcha la agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 en el continente, tres de los principales potencias africanas "están cada vez más preocupadas sobre aspectos clave del desarrollo", revela el informe del observatorio estadounidense.
En Sudáfrica y Nigeria, los dos principales mercados de África, la desconfianza en la buena marcha de la economía ha aumentado desde 2015.
Siete de cada diez sudafricanos y nigerianos consideran que la situación económica es mala en sus países, mientras que en Kenia, la primera potencia del este de África, más de la mitad opina lo mismo.
Los ciudadanos de estos tres países ven en la falta de empleo un gran problema, sobre todo cuando las oportunidades solo están al alcance de las personas con "conexiones".
La mayoría de encuestados en las tres naciones estima que la brecha entre ricos y pobres ha aumentado en los últimos cinco años.
"Muchos creen que el sistema político y económico va en su contra", advierte el documento.
La corrupción es otro de los principales problemas de estos tres Estados, además de un gran obstáculo a su desarrollo.
La mayoría en estos países opina que estas prácticas son utilizadas en beneficio de una elite social, y un tercio de los sudafricanos y kenianos considera que la corrupción del Gobierno solo mejorará en las próximas generaciones.
Los nigerianos son, por el contrario, más optimistas y el 60 % cree que habrá menos corrupción en el futuro.
Pese a estas preocupaciones, también hay cierto optimismo acerca del futuro entre los encuestados: seis de cada diez están convencidos que la sanidad y la educación, dos aspectos claves recogidos en los ODS, mejorarán en la próxima generación.
A más corto plazo, la mayoría de nigerianos, sudafricanos y kenianos cree que sus economías mejorarán el próximo año.
Por países, la educación es una de las principales preocupaciones en Sudáfrica, tras un año de protestas en contra de las tasas universitarias que evidencia la escasa confianza de sus ciudadanos en el sistema docente.
Aquí, el porcentaje de escuelas de baja calidad ha aumentado en un 13 % desde 2015.
En Nigeria, el principal motivo de alarma es la escasez de comida, especialmente en el norte, y de combustible, pese a tratarse de uno de los mayores productores de petróleo del mundo y a contar con vastos recursos.
Nigeria, una de las economías más grandes de África, ha sido duramente golpeada por la caída de los precios del crudo y del aumento del coste de los alimentos, lo que ha llevado a la primera recesión del país en más de una década.
Además, el grupo terrorista Boko Haram ha desplazado a millones de personas e interrumpido las actividades agrícolas, lo que ha contribuido a la escasez de alimentos y al hambre en el norte del país.
Para los kenianos, la corrupción sigue figurando entre sus principales preocupaciones, sobre todo con vistas a las elecciones que se celebrarán en verano de 2017, año en el que no vislumbran muchas esperanzas de mejora.
Para este estudio, el Pew Research Center entrevistó a 3.300 personas en Sudáfrica, Nigeria y Kenia entre marzo y julio de este año.
Con información de EFE