En el año 2020 el pishing y los correos electrónicos no deseados promediaron un poco más del 50% de todo el tráfico de correo electrónico global.
El Político
Además, PhishLabs identificó un aumento del 47% en los intentos de phishing de 2020 a 2021.
Se han vuelto demasiado comunes: esos molestos correos electrónicos que inundan las bandejas de entrada, diseñados solo para desviar la información personal y más sensible sin que el usuario lo sepa.
En este contexto la compañía Sophos revelo que los ataques de phishing aumentaron considerablemente durante la pandemia, ya que millones de empleados que trabajaban desde casa se convirtieron en el principal objetivo de los ciberdelincuentes.
2020: año del pishing
La gran mayoría de los equipos de TI de las organizaciones encuestadas en México (61%), Colombia (66%) y Chile (69%) informaron que la cantidad de correos electrónicos de phishing que llegaron a sus empleados aumentó durante 2020;
En Israel, el 90% reportaron aumentos, siendo este el país con el crecimiento más significativo.
En cuanto a sectores, el incremento más alto a nivel mundial se presentó en: gobiernos (77%), servicios comerciales y profesionales (76%) y atención médica (73%), seguidos de cerca por los sectores minorista y educativo con un 71%.
¿Por qué es importante hablar de phishing?
El phishing es un término originado en inglés (pesca) que en informática es un tipo de robo de identidad en línea.
Esta acción fraudulenta se caracteriza por intentos de adquirir ilícitamente los datos personales de otra persona, ya sean contraseñas, datos financieros, datos bancarios, números de tarjetas de crédito o simplemente datos personales.
El estafador utiliza correo electrónico, aplicaciones y sitios web que están diseñados específicamente para robar datos personales.
El delincuente se hace pasar por una persona o empresa de confianza enviando un mensaje para atraer a sus víctimas.
Por lo tanto, al enviar un mensaje a un correo electrónico, aplicación u otras herramientas, el estafador simplemente espera hasta que el destinatario lo recibe y abre el mensaje.
Pishing: estafa
En muchos casos, esto es suficiente para que la víctima caiga en la estafa. En otros, es necesario que la víctima haga clic en un enlace determinado para que el delincuente tenga acceso a la información que desea.
Según afirma Dean Coclin, director senior de desarrollo empresarial de DigiCert, "hay más de una forma de enganchar a una víctima y este tipo de delito se está volviendo cada vez más sofisticado".
"Los estafadores digitales se han vuelto bastante expertos en hacer que los correos electrónicos fraudulentos se vean exactamente como los legítimos, a menudo de empresas o establecimientos con los que está familiarizado y en los que confía".
-Los correos electrónicos de phishing comúnmente se hacen pasar por empresas, pero las cuentas de redes sociales también son un objetivo de tendencia, ya que muchos usuarios son más descuidados a la hora de protegerlas.”