La directiva del Credit Suisse trata por todos los medios de aplacar la tormenta ante la preocupación por su solidez financiera. No está para nada fácil el lograrlo.
El Político
Ejecuttivos y personal especializado se han dedicado la semana contactando a grandes clientes e inversores para tranquilizarlos sobre la posición de liquidez y capital del banco suizo ante las preocupaciones suscitadas sobre su solidez financiera.
El Financial Times señaló que los ejecutivos han mantenido múltiples conversaciones telefónicas después de que los diferenciales de los CDS del banco, que ofrecen protección contra el impago de una empresa, subieran bruscamente, indicando la preocupación de los inversores por su salud financiera.
"Los equipos están trabajando activamente con nuestros principales clientes y contrapartes", declaró a ‘FT’ un ejecutivo de Credit Suisse involucrado en las discusiones.
"También estamos recibiendo llamadas de nuestros principales inversores con mensajes de apoyo".
El costo de asegurar los bonos de la empresa contra el impago subió cerca de un 15% la semana pasada, hasta niveles no vistos desde 2009, mientras las acciones tocaban un nuevo mínimo histórico.
El consejero delegado, Ulrich Koerner, aseguró la semana pasada al personal que el banco tiene una "sólida base de capital y posición de liquidez" y dijo a los empleados que les enviará una actualización periódica hasta que la firma anuncie un nuevo plan estratégico el 27 de octubre.
"El mercado está valorando agresivamente el impago de uno de los mayores bancos suizos. ¿Es posible? Sí, es posible, pero es muy poco probable.
Credit Suisse es ciertamente ‘demasiado grande para caer'", afirma Ipek Ozkardeskaya, analista senior de Swissquote Bank.
"Lo que probablemente ocurrirá es que, o bien se produce un milagro estas navidades y el nuevo CEO del banco refuerza la entidad en 100 días, como prometió, y el banco sobrevive y prospera hasta el próximo escándalo. O el banco se convertirá en un bonito objetivo de adquisición y será devorado por otro banco. O será salvado por el gobierno suizo", añade Ozkardeskaya.