La crisis eléctrica en Cuba tiene su origen en la precariedad tecnológica de las centrales eléctricas de un país sin divisas y bajo el asedio de un régimen comunista.
El Político
Las personas han salido a las calles a protestar desesperadas por los cortes de luz, como una forma de protesta contra el régimen de Miguel Díaz-Canel.
¿Por qué es importante?
Las noticias no son nada alentadoras, pues la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) de Cuba advirtió a los ciudadanos que prevé cortes en el suministro eléctrico durante este martes.
Los apagones llegarán a un 37% de la isla y serán durante la tarde-noche, horario de mayor consumo.
Este anuncio, sin embargo, no es cosa nueva en la isla. Desde hace meses ya, Cuba vive constantes apagones a raíz de la crisis energética que allí se vive.
Esta situación se vio empeorada tras el paso del huracán Ian por el occidente -a finales de septiembre- que provocó que estos apagones se volvieran más largos y frecuentes.
Se pudo constatar que en algunas zonas de la isla los cortes han superado las 12 horas diarias, reportó Infobae.
Entre líneas
¿Por qué hay apagones? Cuba tiene 5,87 GW de capacidad de generación instalada, aunque solo 3,2 GW están operativos, según el último informe de la compañía estatal Unión Eléctrica (UNE).
Casi a diario el régimen reporta fallas en sus centrales termoeléctricas, encargadas de cubrir la mayor parte de la demanda de hasta 3.000 megavatios (MW) en hora punta en un país en el que las renovables apenas aportan el 6%.
Por lo general, la UNE informa en los medios estatales de déficits puntuales de entre el 10 y el 20% de las necesidades eléctricas del país.
Las autoridades suelen atribuir las disrupciones de la producción y suministro a labores de mantenimiento, averías, incendios, escasez de combustible o falta de piezas por el embargo de EE.UU., entre otros motivos.
En conclusión
Los habitantes de la isla caribeña llevan semanas soportando apagones eléctricos diarios que se han ido incrementando en el número de horas.
Esta situación es una consecuencia de la dependencia que tiene la isla de los combustibles fósiles y el bloqueo y crisis económica que azotan a la nación.
Se trata de un problema que está afectando a prácticamente todos los sectores económicos de la nación isleña, que en algunos casos no ha contado con luz durante 10 horas al día.
Además de las dificultades lógicas que genera en las tareas cotidianas y el trabajo, estos cortes afectan directamente a la delicada situación alimentaria de los isleños, quienes muchas veces tienen dificultades para acceder a la comida y, ante los largos y sorpresivos cortes, se ven obligados a desecharla ya que que no lograron conservarla adecuadamente.
Para este martes, la UNE calcula que, durante el horario máximo de consumo, se generarán 2.022 megavatios (MW) frente a los 3.100 MW requeridos. Es así, entonces, que el déficit en la generación eléctrica será de 1.078 MW, mientras que la afectación alcanzará los 1.148 MW.
Al presente, 7 de las 20 unidades de generación eléctrica en el país se encuentran fuera de servicio por avería o mantenimiento. Estas unidades están distribuidas en ocho plantas terrestres y seis flotantes -las cuales son alquiladas a una empresa turca-.
Para suplantar las unidades fuera de funcionamiento y hacer frente a la crisis, este martes ingresó en el puerto de La Habana una nueva central flotante que será conectada en las próximas semanas. Esta medida se suma al anuncio del pasado septiembre del régimen cubano en el que mostró su voluntad por reducir los apagones antes de finales de este año.
Más allá de las asistencias externas que puedan llegar a la isla, la real solución al sistema energético recae en una serie de intensas reparaciones a las instalaciones y nuevas inversiones. Los apagones se deben a roturas y fallos en las anticuadas plantas termoeléctricas, la falta de combustible y los mantenimientos programados.
Siete de las ocho centrales terrestres en Cuba tienen más de 40 años, cuando la edad media de estas infraestructuras es de 30. Además, el mantenimiento brindado no ha sido el apropiado, por falta de recursos que -según el régimen- son producto de las sanciones estadounidenses.
Si bien los apagones se registran desde mayo, por lo menos, fue en julio cuando comenzaron a registrarse más protestas en todo el país y que aumentaron considerablemente entre finales de septiembre y principios de octubre, cuando el huracán Ian tocó tierra en la isla.
Este fenómeno provocó serios daños a la isla en general, desencadenando una escasez de alimentos, agua y un colapso del sistema energético nacional. Incluso, a diez días del paso del huracán, el régimen aún no había logrado dar respuestas ante la situación, con sólo el 38% de la población con acceso al suministro eléctrico.
Es por ello que los apagones se han convertido en uno de los principales motivos por los cuales los cubanos toman las calles y protestan en contra del régimen -tras las manifestaciones del 11 de julio del 2021, que fueron consideradas las mayores en décadas-.