Cuatro días después del asesinato de un cura en una en una iglesia en Francia, varias manifestaciones de solidaridad reunieron a cristianos y musulmanes, mientras la investigación avanza con el arresto de un hombre vinculado al brutal ataque yihadista.
Varios centenares de personas marcharon por las calles de Lyon (este) en homenaje al padre Jacques Hamel, un sacerdote de 85 aáos degollado el martes en una iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray (noroeste).
Pancartas como "Venceremos gracias a la fraternidad", "Esto no es una guerra de religiones" o "Todos somos hermanos y hermanas" daban el tono de una manifestación convocada por varias asociaciones locales, con el apoyo del Consejo Regional del Culto Musulmán (CRCM).
Tras el drama de Saint-Etienne-du-Rouvray, "nos pareció esencial no dejar paso a la resignación y al miedo, de hacer un acto de cohesión, de alentar la paz y la convivencia", explicó el presidente del CRCM, Abdelkader Bendidi, en un comunicado.
"Estamos aquí para manifestar nuestra solidaridad, mostrar que las tres religiones del Libro pueden estár juntas y convivir", explicaban a la AFP Jeannine y François Marre, miembros de la asociación Educación Católica.
En Burdeos (suroeste), unas 400 personas asistieron a la misa de la tarde.
En Saint-Etienne du Rouvray, la localidad donde tuvo lugar el ataque, la otra iglesia estaba repleta para la misa de las seis de la tarde después de la cual habría una vigilia. Entre los 300 fieles había medio centenar de musulmanes. El viernes, fieles musulmanes y cristianos rezaron juntos en la iglesia y en la mezquita Yahia.
El Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) invitó a los fieles a presentarse en las iglesias durante el momento de la misa. La Conferencia Episcopal Francesa (CEF) pidió a las parroquias que los acogieran de manera "fraternal".
Con información de El Mundo