Cuba denunció en la Organización de las Naciones Unidas, cuáles han sido las consecuencias del bloqueo económico, comercial y financiero que impone Estados Unidos.
Maryann H. León / El Político
El diplomático cubano Emilio González, durante la jornada de clausura del foro anual de alto nivel del Consejo Económico y Social (Ecosoc) que se realiza en la ONU, denunció que el principal obstáculo para el desarrollo de la isla, es producido por el bloqueo que desde hace más de 60 años impone el Gobierno estadounidense.
"El bloqueo continua vigente y provoca privaciones al pueblo cubano", afirmó en la sesión final del evento, el cual abordó aquí entre el 11 y el 20 julio los avances en la implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, plataforma adoptada en septiembre pasado por combatir la pobreza y las desigualdades en el planeta.
González remarcó que la imposición de medidas unilaterales económicas, comerciales y financieras coercitivas por países desarrollados a países en desarrollo constituye una seria amenaza para la materialización efectiva de la Agenda 2030, tal y como fuera reconocido en el preámbulo de este documento, dijo.
A pesar de tales circunstancias, Cuba ha compartido los pocos recursos con que cuenta para contribuir con el desarrollo social y económico de muchas naciones del Sur, precisó el funcionario, citado por PL.
El diplomático aseguró que la mayor de las Antillas se encuentra inmersa en un proceso democrático y participativo de discusión para la elaboración de un modelo económico y social dirigido a alcanzar un socialismo próspero y sostenible.
González ratificó en su intervención el compromiso de la isla caribeña con la implementación de la Agenda 2030 y alertó sobre los desafíos que enfrenta.
En ese sentido, cuestionó los gastos militares en el planeta, ascendentes a 1,7 billones de dólares y el injusto orden financiero internacional imperante.
El representante cubano en el foro de alto nivel del Ecosoc llamó a dedicar esos cuantiosos recursos al desarrollo y el bienestar humanos, a reformar la arquitectura de las instituciones monetario-financieras y a garantizar la transferencia de tecnologías amigables con el medio ambiente hacia los países del Sur.
Con información de Juventud Rebelde