Cuba aplicó a comienzos del año pasado un plan para reordenar sus finanzas en medio de una dura crisis económica: unificó la tasa de cambio y su sistema hasta entonces de doble moneda, aumentó los salarios, flexibilizó el acceso a las utilidades para los trabajadores y ajustó los precios.
El Político
Ahora las autoridades deben lidiar con varios enemigos que desataron aquellas medidas: una inflación galopante acompañada de un desabastecimiento generalizado; una nueva dolarización del consumo y una brecha entre el dólar oficial y el paralelo que golpea a la población.
Muchos cubanos sienten que no les alcanza el salario para cubrir necesidades básicas y otros se lamentan por las largas filas, mientras el gobierno reconoció públicamente el problema y los expertos reclamaron acción, reportó Chicago Tribune.
Problemas en Cuba
La inflación, la brecha cambiaria y los problemas financieros fueron el último año una constante en varios países de América Latina, pero en Cuba el fenómeno es una novedad y puso de manifiesto una desigualdad en el consumo difícil de entender para los ciudadanos en un socialista que por décadas se basó en una distribución relativamente igualitaria de los bienes.
“Con mi salario imposible mantener a mi familia, sólo con la ayuda de él (su hijo) puedo comprar un aseo (jabón y champú), el detergente, una carne que está en este momento a 200 pesos una libra (ocho dólares al cambio oficial)”, comentó a The Associated Press Marcia Ochoa, una trabajadora estatal que cobra mensualmente un salario de 2,400 pesos, 100 dólares al cambio oficial.
Para completar sus gastos Ochoa, quien vive con sus padres ancianos y su esposo, cuenta con el envío de remesas de su hijo residente en Estados Unidos, una operación que se volvió complicada luego de que en noviembre de 2020 la administración del entonces presidente norteamericano Donald Trump incrementó las sanciones contra la isla afectando las transferencias.
Dura economía en Cuba
“Mi hijo me depositaba (en Western Union). Le costaba 112 dólares y yo obtenía aquí 100 pesos convertibles o CUC (equivalentes a 100 dólares), podía ir a una tienda, compraba y resolvía muchísimos problemas… hoy es un dilema, tiene que buscar un mecanismo para mandar”, agregó Ochoa.
El mes pasado, por ejemplo, recibió esas divisas por vías informales -personas que las traen- y que le dieron 70 pesos cubanos por cada unidad del billete estadounidense.
Esta semana el dólar paralelo -el único que pueden adquirir los ciudadanos dado que el Estado; dejó de venderlo- subió a 100 pesos cubanos por unidad mientras la tasa oficial se mantiene en 24.
Dos monedas
Hasta el 1 de enero de 2021 Cuba tenía dos monedas: el peso cubano y el CUC -en paridad con el dólar- que desapareció; en un intento del gobierno de volver a controlar y darle más claridad a la economía; desestimular las importaciones y eliminar los subsidios a empresas ineficientes.
La unificación eliminó también varias tasas de cambio y dejó sólo una en 24 pesos cubanos por dólar. Además se aplicó un aumento de los salarios estatales -sector que emplea al 70% del mercado laboral-; y se ajustaron los precios de los servicios y las mercancías básicas que el Estado controla.
Y como la crisis ocasionada por la pandemia y las sanciones estadounidenses ya habían mostrado su impacto en el desabastecimiento generalizado; el gobierno dispuso la ampliación de una red de comercios en los que se paga en una divisa virtual llamada Moneda Libremente Convertible (MLC); equivalente al dólar y mediante la cual puede captar divisas.
Pero la escasez es tal que en cualquier comercio, sea de pesos cubanos o MLC, se producen largas filas cada día.