A 24 horas de conmemorarse un año de las protestas del 11 de julio, Cuba sigue sumida en el caos y la pobreza. Y aunque el actual mandatario Miguel Díaz-Canel quiere presentar esa fecha "como un intento de golpe de Estado", las evidencias muestran que eso nunca ocurrió.
Mario Beroes/El Político
La isla caribeña sigue padeciendo una enorme crisis económica sigue golpeando a la isla; los derechos humanos son inexistentes y el plano político luce incierto.
Juan Papier, investigador senior para las Américas de Human Rights Watch (HRW), le confesó a la agencia alemana de noticias DW que Cuba estaba atravesando una de las peores situaciones de derechos humanos de las últimas décadas.
"Lo que pasa en la Isla es el resultado de una represión brutal y sistemática que se agravó como respuesta a las protestas del 11 de julio".
-También es resultado de que el Gobierno, en lugar de enfrentar los problemas por los cuales protestaban los cubanos, como la falta de medicinas y la falta de derechos y libertades, optó solamente por la represión.
"Es más que evidente como ha aumentado en forma dramática la cantidad de personas que huyen del país cada día".
"Un año sin justicia"
La cifra de encarcelados no se conoce con precisión.
Las organizaciones Justicia 11J y Cubalex han documentado 1.484 detenciones.
"De ellas, se han podido verificar 1.297 (87 %), a través de testimonios de los manifestantes o sus familiares, o con documentos emitidos por los tribunales o la fiscalía."
El informe "Un año sin justicia: Patrones de violencia estatal contra manifestantes del 11J", habla de "701 personas permanecen detenidas, sin ni siquiera saber cuándo irán a juicio".
"Si hoy se manejan cifras, datos, y hay una visibilidad en cuanto a la situación de los manifestantes del 11 de julio que están privados de la libertad, eso ha sido gracias al trabajo que han hecho las organizaciones de la sociedad civil", dice Laritza Diversent.
La directora ejecutiva de Cubalex, una ONG que ofrece asesoría legal en Cuba, desde el exilio en Estados Unidos, hace notar que "antes era inconcebible que el Gobierno diera datos sobre procesos penales, número de sanciones, de sentencias".
Y agrega que otro logro de la presión ejercida es la rebaja de las sentencias iniciales contra muchos de los menores de entre 16 y 18 años y que se les cambiara la privación de libertad por una sanción alternativa.
No obstante, Diversent deja claro que la intimidación arrecia.
"Todos estos procesos tienen un objetivo claro: que la gente se inhiba, porque sabe que si sale a protestar la pueden acusar de sedición y condenarla a 25 o 30 años de privación de libertad, y más con la nueva reforma del código penal".
"Ansias de libertad"
Los espacios físicos se han cerrado. Pero internet ofrece plataformas para expresar descontento.
"Las denuncias ya son de otra manera. No solo para decir que me falta esto o aquello, sino también para decir tengo derecho a denunciar. Ha habido un cambio de mentalidad. Creo que ha sido gracias al 11 de julio", destaca la directora de Cubalex.
Para ella, lo principal es que "demostró que los cubanos tienen ansias de libertad".
"Yo creo que el 11J marca un antes y un después en la historia reciente de Cuba. Si logrará llevar a una transición democrática, o no, es difícil saberlo", estima Juan Pappier.
En su opinión, el resultado dependerá en buena medida de la respuesta de la comunidad internacional.
"Lo que vimos el 11J es que los cubanos superaron el miedo, se animaron a tomarse las calles, a exigir sus derechos. El problema es que muchos de ellos tendrían razón en pensar que parte de la comunidad internacional los ha dejado abandonados".
"Lo que hemos visto es una respuesta disfuncional y débil de la comunidad internacional que no ha condenado esta represión.", dice Pappier con una dosis de pesimismo.
"Si dejamos que el régimen se salga con la suya y reprima, no vamos a tener la primavera democrática que nos auspiciaba el 11 J, sino lo que estamos teniendo ahora, que es un largo invierno de represión y de censura".