A un día de que las declaraciones del canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, salieran a la luz, revelando cómo el dictador Nicolás Maduro condicionó el salvoconducto para los perseguidos políticos de su régimen, asilados por Argentina y ahora protegidos por Brasil, a cambio de uno para el ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas; el gobierno de Ecuador respondió al más alto nivel, asegurando que no permitirá que Glas eluda sus pendientes con la justicia ecuatoriana.
Glas, con dos sentencias en firme por corrupción e investigado por malversación de fondos e intimidación, evadió a la justicia ecuatoriana en diciembre de 2023 y se refugió en la Embajada de México en Quito. Esto sucedió tras acceder a la prelibertad. Pese a que el gobierno ecuatoriano advirtió a México sobre las condenas del ex vicepresidente de Rafael Correa, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador concedió el asilo a Glas, la tarde del 5 de abril de 2024.
Unas horas más tarde ese día, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa ordenó la incursión de la Policía Nacional en la sede diplomática mexicana. Entonces, Glas fue capturado y trasladado a una prisión de máxima seguridad. Este altercado devino en la ruptura de las relaciones entre México y Ecuador y en la interposición de demandas mutuas por incumplir con los tratados internacionales sobre el respeto a las legaciones diplomáticas y al asilo ante la Corte Internacional de Justicia.
En ese contexto, Noboa respondió a lo dicho por Murillo. El presidente publicó en su cuenta de X que: “Este gobierno no negocia impunidad ni dejará “escapar” a (Jorge Glas) uno de los más grandes culpables de lo que vive Ecuador“. En su trino, el mandatario indicó que ”no habrá magia ni escapismo“, pues su administración no permitirá “que sentenciados con asilos jueguen con la justicia” como sí lo hicieron otros gobiernos, según aseguró.