El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) estimó que el producto interno bruto (PIB) cerrará el 2018 con una contracción de 10,5%, con lo cual el retroceso en el último quinquenio alcanzará a 37%, publicaCorreo del Caroní.
María Ramírez Cabello
En un detallado análisis de las variables económicas, realizado por los investigadores Luis Zambrano Sequín, Demetrio Marotta Lanzieri y Santiago Sosa, sobresale una sombría conclusión: los desequilibrios macroeconómicos caracterizan hoy a Venezuela como “la economía peor administrada del mundo” y la corrección de este escenario incluye profundas reformas económicas que en el actual régimen político-ideológico lucen lejanas.
El deterioro económico se percibe mayor cuando la atención se centra en el PIB per cápita, estimándose que para finales de 2019 el ingreso real por persona sería equivalente al 53% del nivel que alcanzó en 2012. La situación se traduce en pérdida del poder adquisitivo y mayores niveles de pobreza.
La contracción del ingreso real, total y per cápita naturalmente se ve reflejada en un deterioro equivalente en el nivel del consumo agregado, que se ha destruido por quinto año consecutivo a una tasa promedio superior al 10% anual, indica la investigación. Esta contracción del consumo se prevé continuará en 2019, cuando se espera una caída adicional cercana al 4%, agrega.
En un detallado análisis de las variables económicas, realizado por los investigadores Luis Zambrano Sequín, Demetrio Marotta Lanzieri y Santiago Sosa, sobresale una sombría conclusión: los desequilibrios macroeconómicos caracterizan hoy a Venezuela como “la economía peor administrada del mundo” y la corrección de este escenario incluye profundas reformas económicas que en el actual régimen político-ideológico lucen lejanas.
El deterioro económico se percibe mayor cuando la atención se centra en el PIB per cápita, estimándose que para finales de 2019 el ingreso real por persona sería equivalente al 53% del nivel que alcanzó en 2012. La situación se traduce en pérdida del poder adquisitivo y mayores niveles de pobreza.
La contracción del ingreso real, total y per cápita naturalmente se ve reflejada en un deterioro equivalente en el nivel del consumo agregado, que se ha destruido por quinto año consecutivo a una tasa promedio superior al 10% anual, indica la investigación. Esta contracción del consumo se prevé continuará en 2019, cuando se espera una caída adicional cercana al 4%, agrega.
Inversión en retroceso
De acuerdo con la investigación, la inversión real se ha reducido a tasas dramáticas cercanas a 14% promedio anual en los últimos 6 años. “Al cierre de 2018 se estima que el nivel de inversión anual sea menor al 40% de lo que era su nivel en 2012. Esta importante reducción en los niveles de la inversión pública y privada inevitablemente ha mermado en forma permanente la capacidad productiva del país, afectando el producto potencial y reduciendo las posibilidades de una recuperación rápida del nivel de ingreso en el mediano y largo plazo”.
El Instituto de Investigaciones de la UCAB destaca que la reducción en los ingresos fiscales, producto de la brusca baja de los niveles de producción petrolera interna, así como la contracción de los ingresos tributarios por la reducción de la actividad económica y el impulso de la hiperinflación, “ha obligado al Gobierno a reducir los niveles de gasto pero no en la misma proporción en que han caído sus ingresos”.
Mayor déficit fiscal y emisión monetaria
Como consecuencia, advierten, el déficit fiscal podría alcanzar el 20% este año, lo que catalogan como un claro indicador de los severos problemas de sostenibilidad de las finanzas públicas que aquejan a la economía venezolana.
Frente a este panorama y la imposibilidad de elevar las tasas de tributación, liquidar activos internacionales y solicitar endeudamiento adicional en los mercados internacionales, la emisión monetaria para financiar al sector público y minimizar la contracción del gasto, ha sido la ruta del gobierno y el Banco Central de Venezuela (BCV).
Con este rumbo, precisan, el financiamiento del BCV a las empresas públicas no financieras llegó a alcanzar más de 50% de la liquidez monetaria en 2016, para llegar a casi 100% en 2017 y la expansión se mantiene este año. De acuerdo con la investigación, entre enero y abril este tipo de financiamiento alcanzó 280% de la liquidez monetaria. “Dado que no se prevén cambios en la política fiscal y monetaria, se puede esperar que la emisión monetaria con fines fiscales siga en ascenso a tasas aún más elevadas”.
Solo en los últimos cuatro años, estiman, la liquidez monetaria se ha expandido 361% en promedio, mientras que el producto interno bruto se ha contraído en promedio 10%, una relación dañina para la economía.
En la senda de la hiperinflación
El estudio apunta que esta tendencia, acompañada de un aumento de la velocidad de circulación del dinero en el contexto de una severa contracción de la oferta agregada interna, es causa y reflejo de la senda hiperinflacionaria, que también se asocia “a la gestión de la política fiscal, la baja credibilidad en la política económica y la generalización de mecanismos de indexación”.
En este contexto, el Instituto de Investigaciones estima que la inflación podría llegar al cierre de este año a más de 50.000%.
Hasta ahora, el mes con mayor inflación en el año ha sido mayo cuando la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional reportó un alza de precios de 110,1% para una escalada anualizada de 24.571%.
Baja producción y severos ajustes en importaciones
La crisis de la principal industria venezolana, la estatal Pdvsa, no permite visualizar un mejor panorama. Si bien este año se espera que el precio petrolero supere en 75% al que prevaleció en 2016, la merma en la producción impide una mejora en el valor de las exportaciones.
El Instituto de Investigaciones estima que los ingresos por exportaciones petroleras en 2018 se ubiquen en $ 23.700 millones, cifra inferior a la alcanzada en 2016. Para 2019, el panorama es peor, pues se espera que la producción caiga por debajo de los 800 mil barriles diarios.
En cuanto al nivel de importaciones, que sufren un severo ajuste por este contexto de retroceso de las exportaciones petroleras así como de las reservas internacionales, el Instituto de Investigaciones prevé una contracción de $1.000 millones en 2019, “aún en el contexto de que el Gobierno y Pdvsa no cumplan parcialmente sus compromisos con el servicio de la deuda externa y destinen parte de estos recursos al pago de bienes y servicios no financieros”.
Alertan epidemia de VIH por falta de tratamiento en Venezuela
Deuda sin freno
Con la limitación de recursos económicos y los profundos errores en su administración, indican que la deuda externa no ha podido ser reducida en 2018 y, al parecer, tampoco lo será en 2019. “Venezuela ha entrado, en los hechos, en una situación de default al no poder cancelar sus compromisos por los vencimientos de capital e intereses que estaban programados. El capital vencido y los intereses no cancelados pasan ahora a engrosar la deuda preexistente”.
Por ello, prevén que el coeficiente deuda-exportaciones, un indicador con el que se suele medir la vulnerabilidad macroeconómica de una economía, alcance niveles máximos este y el próximo año, “pudiendo llegar el stock de deuda a representar casi siete veces el nivel de las exportaciones. Esto hace de Venezuela el país con la situación más crítica en el mundo, en cuanto al manejo de la deuda del sector público se refiere”.
Paralelo a Bs. 15.950.000 al cierre del año
La distorsión cambiaria se mantendrá en el foco y un termómetro de ello ha sido el incremento de la tasa del dólar paralelo que tras aumentar 40% al mes en promedio en 2017, se ha acelerado a una tasa promedio mensual de 90% en los que va de 2018. “Para el cierre de este año se espera que el tipo de cambio paralelo alcance a Bs. 15.950.000 por dólar, asumiendo que en términos reales el tipo de cambio actual se mantenga constante”.
Hasta la tarde de este lunes, la tasa del cambio paralelo Dolar Today era de Bs. 3.410.625, un monto superior al salario mínimo legal fijado por el gobierno venezolano.
Con información de Correo del Caroní