Una exhaustiva investigación de ArmandInfo revela que el laboratorio que produce las "gotas milagrosas" de Maduro contra el Covid-19 tuvo antes la persona jurídica de un importador de repuestos para carros. Quienes se presentan como autores de los supuestos estudios clínicos que respaldan al medicamento son socios comerciales y operadores políticos del oficialismo.
El Político
De acuerdo con la investigación, uno de los autores, que se proclama escritor de ‘bestsellers’ en Amazon, llegó a estar preso bajo acusaciones de presuntos ilícitos en una subsidiaria de Pdvsa; el otro, propietario de empresas que llegaron a ser contratistas del Estado, tuvo una discoteca en Margarita.
Adicional a esto, no hay pruebas confiables que certifiquen la efectividad de las gotas milagrosas presentadas por Maduro contra el Covid-19. Sin embargo, Maduro ya autorizó la distribución del medicamento.
"A punto de cumplirse un año desde que el Covid-19 fuera declarado una pandemia, que hoy suma más de 25 millones de personas contagiadas y dos millones de fallecidas, laboratorios y científicos de todo el mundo siguen abocados a su estudio y a la manufactura de la vacuna. A la par de ese éxito de la biotecnología en tan corto tiempo, se ha iniciado una lucha sorda entre las naciones para obtener preeminencia en el acceso a la nueva ola de medicamentos que un puñado de empresas producen y distribuyen, todavía de manera insuficiente", refiere el trabajo de Armando.Info
Esta publicación en @TheEconomist confirma nuestra preocupación y denuncia con la Vacuna para Venezuela! Quizás para el 2023 tendremos cobertura contra Covid-19 igual que el Sudeste asiático y Africa. pic.twitter.com/cg3LpZVaXX
— Jose Manuel Olivares (@joseolivaresm) January 29, 2021
Lo cierto es que al régimen de Maduro, que carece del peso político o económico suficiente para inclinar esa lucha internacional en su favor, lo que le queda es esperar las opciones que ofrecen sus aliados: las prometidas diez millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V, o desarrollos alternativos desde Cuba e Irán.
Un dato a considerar es que el acceso a vacunas de laboratorios occidentales, como AstraZeneca o Janssen (Johnson & Johnson), aparece bloqueado y no necesariamente por efecto de las sanciones financieras internacionales impuestas sobre el régimen de Caracas o de la batalla de colosos que se libra por su distribución: el impago de una deuda dejó al régimen de Nicolás Maduro por fuera del mecanismo de distribución de vacunas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), llamado Covax.
En medio de esa incertidumbre, hace una semana el propio Maduro quiso celebrar un anuncio: aseguró que cuenta con la piedra, o mejor dicho, la gota filosofal que acabaría con el coronavirus, descubierta y provista por un laboratorio local.
Durante su intervención en televisión, Maduro tenía dos frascos y un delgado libro amarillo. “Ya hoy, habiéndose establecido la patente nacional e internacional, habiendo recibido el permiso sanitario oficial del país, puedo presentar la medicina que neutraliza el 100% del coronavirus: el Carvativir, mejor conocido como las goticas milagrosas de José Gregorio Hernández”, proclamó para Venezuela y el mundo. “Diez goticas debajo de la lengua, cada cuatro horas, y el milagro se hace. Es un poderoso antiviral, muy poderosos, que neutraliza el coronavirus”.
Neutraliza. Lo acaba. Maduro aseguró en esa alocución que el remedio al coronavirus fue creado por un grupo de venezolanos que aplicó estudios experimentales durante nueve meses en enfermos graves, incluso intubados, y que fue un experimento masivo que incluyó a “los pacientes que estaban en El Poliedro de Caracas, en el hospital de Coche”.
Luego de ese anuncio, con potencial de convertirlo tanto en héroe como en hazmerreír mundial, Maduro deslizó más misterio: “Creación de una mente brillante de Venezuela. Ya la conocerán en el futuro. Por ahora, lo estamos protegiendo, a los científicos y al científico principal, protegiéndolo en su creatividad”.
De todo como en botica
Las “gotas milagrosas” fueron creadas por el Laboratorio Farmacológico de Venezuela (Labfarven). A pesar de su
nombre, no se trata de un emprendimiento que haya evolucionado desde una botica local, una maquila de
fórmulas farmacéuticas o un importador de medicamentos.
Según se desprende de lo asentado en el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), Labfarven fue antes una venta de repuestos, partes y accesorios de vehículos llamada Miami Customs &
Accessories.
Para colmo, el equipo que se presenta como responsable de la investigación que llegó al descubrimiento tampoco es un dechado de credenciales científicas.
Argentina, Brasil, Ecuador y Chile ya empezaron a vacunar contra el COVID19.
México y Colombia esperan que el primer lote de vacunas lleguen la primera semana de febrero.
Mientras tanto, en Venezuela Maduro se hace el loco y se inventa un tratamiento sin ninguna base científica.— Jose Manuel Olivares (@joseolivaresm) January 25, 2021
De los autores principales, uno, Raúl Antonio Ojeda Rondón, viene de ser presidente de la Comisión Nacional de
Intelectuales y Diplomáticos de la recién clausurada Asamblea Nacional Constituyente -creada por el chavismo en
2017, más que para redactar una Constitución, como un doble oficialista del parlamento original, entonces controlado por la oposición- y de trabajar en la estatal Petróleos de Venezuela; el otro, Jheam Frank Campos Alvarado, es un funcionario que ha trabajado con y para el Estado. Ambos figuran como
socios accionistas y directivos de Labfarven y tienen raíces en el estado Anzoátegui, sobre la costa nororiental de Venezuela.
Después de 20 años Maduro se enteró que Venezuela tiene una crisis de salud, que los hospitales están destruidos y no hay ni lo más básico para atender a los pacientes. Apenas se está enterando que todos los días se mueren venezolanos porque se robaron el dinero para la salud. https://t.co/wcmK1bVRvn
— Jose Manuel Olivares (@joseolivaresm) January 27, 2021
Aunque Maduro aseguró que, al dejar de mencionarlos en público, buscaba proteger a ambos de una amenaza que solo él parece conocer, Raúl Ojeda Rondón -el principal firmante de la investigación que, encuadernada como un librito amarillo, el mandatario exhibió durante su alocución- nunca hizo un
esfuerzo semejante por mantener el bajo perfil. Por el contrario: su nombre aparece como autor del libro Estudio
clínico en fase I y II: actividad antiviral e inmunomoduladora del compuesto Isothymol recombinado contra el agente SARS-CoV-2 en pacientes Covid-19, que desde septiembre pasado está a la venta en Amazon por cinco dólares. El volumen luce similar al que Maduro enarboló.
Es CRIMINAL discriminar el acceso a la salud a través del Carnet de la Patria. Ya lo han hecho antes con la comida y la gasolina y seguramente pretenderán hacerlo también con las vacunas. https://t.co/6j7zyaxJ5k
— Jose Manuel Olivares (@joseolivaresm) January 27, 2021
Si desea leer el trabajo completo, pulse el siguiente enlace: armando.info
Fuente: armando.info