Las alarmas sobre casos de explotación laboral se encendieron en el norte de Brasil con la llegada masiva de refugiados venezolanos al estado fronterizo de Roraima, en busca de trabajo, dinero y comida.
El Político
Mientras el país vive un ciclo electoral crucial, el caos en los territorios fronterizos refleja la agitación que se vive en toda la nación. Después de años de problemas económicos, investigaciones de corrupción y crisis de seguridad, muchos brasileños anhelan estabilidad, la imposición de ley y orden; dar la bienvenida a los miles de venezolanos que llegan a su país no coincide con esa lista.
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— El Político (@elpoliticonews) May 11, 2018
Al menos diez venezolanos fueron rescatados de la esclavitud el año pasado. Sin embargo, los empresarios y terratenientes poderosos que abusan de los refugiados son otro ejemplo sorprendente de cómo el crimen resulta lucrativo en Brasil.
Las historias transcurren en silencio y en aparente normalidad, como la de Eylín, una mujer de 27 años de edad, periodista de formación. Junto a su marido, viajó en 2017 desde Caracas a Boa Vista, la capital de Roraima, huyendo de la crisis económica.
Con estudios universitarios, residencia temporal y documentación al día, Eylín. consiguió en enero empleo en un restaurante. Contratada por un salario mínimo, fue informada de que sólo recibiría las propinas. Dos meses después ni eso ha cobrado. Trabaja apenas por comida.
"No quiero denunciarlos, por lo menos ahora estoy comiendo. Ojalá me pagaran también", dice E. que vive con cuatro familiares en un anexo.
"Hay mucha vulnerabilidad en esa ola migratoria, especialmente por la inseguridad alimenticia", explicó Cleyton Abreu, coordinador del Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados en Boa Vista.
Informes de instancias internacionales revelan casos de acoso y violencia sexual en el ambiente de trabajo, violencia física y verbal, condiciones de trabajo análogas a la esclavitud, explotación sexual e indicio de tráfico de personas.
Como el caso de Eylín, otros miles de venezolanos en Boa Vista están insatisfechos con las condiciones pero aceptan impulsados por la necesidad.
Ante la situación, El Pacto Nacional para la Erradicación del Trabajo Esclavo en Brasil aseguró que realizará más inspecciones e iniciativas de rescate, pero el flujo de migrantes está aumentando antes del 20 de mayo, el día de la precipitada elección de Maduro.
El gobierno brasileño y sus colaboradores internacionales prometen tomar tres medidas inmediatas para solucionar la crisis.
Si Brasil espera renacer de las cenizas, debe perseguir judicialmente a todos los que han lucrado con el trabajo esclavo. El electorado azotado por una crisis existencial debe apoyar a los candidatos dispuestos a hacer que los criminales rindan cuentas en cualquier contexto, ya sean las salas de juntas, el congreso o las haciendas.
Con información: La Patilla