Brasil acumuló en los once primeros meses de 2016 un déficit primario récord en sus cuentas públicas de 85.100 millones de reales (unos 25.787,9 millones de dólares), un poco más de dos veces el registrado en el mismo período del año pasado, informó hoy el Banco Central.
La diferencia negativa entre los ingresos y los gastos del Estado brasileño entre enero y noviembre del año pasado había sido de 39.500 millones de reales (unos 11.969,7 millones de dólares), un récord para el período hasta entonces.
El llamado déficit primario, utilizado por Brasil como referencia de sus cuentas públicas, mide la diferencia entre los ingresos y los gastos del Gobierno, de las empresas estatales y de las administraciones regionales y municipales sin incluir los recursos destinados al pago de intereses de deuda.
En el dato negativo acumulado en el año contribuyó especialmente el mal resultado de noviembre, cuando el país registró un déficit de 39.141 millones de reales (unos 11.860,9 millones de dólares), el mayor para el mes desde 2001.
El enorme saldo negativo en noviembre contrastó con el superávit de octubre, cuando los ingresos superaron los gastos en 39.589 millones de reales (unos 11.996,7 millones de dólares) gracias a los recursos procedentes de las multas previstas en la amnistía que el Gobierno le concedió a los inversores que repatriaron capitales no declarados en el exterior.
El déficit de noviembre dobló el del mismo mes del año pasado, cuando al país le faltaron 19.560 millones de reales (unos 5.927,3 millones de dólares) para ajustar sus cuentas públicas mensuales.
En los últimos doce meses hasta noviembre el déficit fiscal primario asciende a 156.800 millones de reales (unos 47.515,1 millones de dólares), el equivalente al 2,50 % del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
La previsión de los economistas es que el déficit en diciembre sea muy superior al de noviembre debido a que el Gobierno del presidente Michel Temer tendrá que saldar todas las deudas que estaban pendientes para no ser acusado de maquillar las cuentas públicas, una irregularidad que justificó la destitución de Dilma Rousseff, la titular de la jefatura del Estado hasta agosto.
El Gobierno de Temer proyecta para este año un déficit fiscal primario récord de 170.500 millones de reales (unos 50.147 millones de dólares).
Se cumplirse esa proyección, Brasil registrará este año su tercer déficit fiscal consecutivo, tras los saldos negativos de 32.500 millones de reales (unos 9.558,8 millones de dólares) en 2014 y de 111.000 millones de reales (unos 32.647 millones de dólares) en 2015, récord hasta ahora.
El enorme déficit en las cuentas públicas se ha convertido en la principal preocupación de Temer desde que asumió en forma definitiva la Presidencia, el 31 de agosto.
Para hacer frente a la crisis en las finanzas públicas, Temer le propuso al Congreso un severo ajuste fiscal que tiene como base una congelación de los gastos públicos por los próximos veinte años mediante la limitación del aumento de los gastos a la tasa de inflación del año anterior.
La medida central ya fue aprobada por el Congreso, que aún tiene pendientes de votación otras medidas de ajuste.
El Banco Central informó igualmente de que, ante el mal estado de las cuentas públicas, la deuda pública bruta deBrasil subió en noviembre hasta el récord de 4,41 billones de reales (unos 1,34 billones de dólares), el equivalente al 70,5 % del PIB.
Con información de: EFE