Los siete demócratas que clasificaron durante el octavo debate realizado en New Hampshire, chocaron en su afán por llamar la atención del electorado del estado que realizará primarias el próximo martes, según difundió univision
El Político
Curiosamente, no se produjo el esperado choque entre el senador Bernie Sanders y el exalcalde Pete Buttigieg en el debate demócrata previo a las elecciones primarias de New Hampshire, donde se vivió un careo en el que dominó la cortesía y la convicción de que la unidad es necesaria para sacar a Donald Trump de la Casa Blanca.
Un dato a considerar es que los siete candidatos demócratas -de los 11 que siguen en a carrera- que participaron sucumbieron a la costumbre de criticarse mutuamente, los golpes no resultaron muy contundentes y la cordialidad fue la marca de la noche, con abrazos y bromas entre los aspirantes a enfrentarse a Trump en noviembre.
Es de hacer notar que la dinámica entre Buttigieg y Sanders era la que más atención generaba, debido a que ambos se consideran los ganadores del caucus de Iowa, con cerca del 26% de los votos cada uno, aunque no se haya dado un ganador oficial, cinco días después de las asambleas con las que abre el proceso de primarias para la selección del candidato presidencial.
Hay que resaltar que hubo un par de ocasiones en las que pareció que el esperado choque se produciría, como cuando el exalcacalde puso en duda que la solución a la coyuntura política actual pueda darse recurriendo a lo que llamó “la larga experiencia” en Washington, en clara alusión a la mayoría de sus contrincantes a excepción del empresario Andrew Yang y el multimillonario Tom Steyer.
Otro aspecto interesante es que Sanders no devolvió el golpe hasta tiempo después cuando, al hacer una crítica a la campaña del también multimillonario Michael Bloomberg, aprovechó para hacer una alusión a las campañas que se financiar con dinero de grupos de interés y grandes corporaciones, como la de Buttigieg.
Se estima que la actuación de los aspirantes demócratas pareció reproducir los encuentros anteriores. Solo la senadora Amy Klobuchar mostró una mayor dosis de energía, sacada quizá de lo que considera fue un buen resultado para ella en Iowa, donde obtuvo un 12% de los votos, a tan solo 3 puntos del exvicepresidente Joe Biden, quien lució un poco más confiado que en debates previos, pese al cuarto lugar que obtuvo en los caucus del estado del Medio Oeste.
Un aspecto importante fue la pregunta de uno de los moderadores del debate, George Papadopoulos, quien consultó a los candidatos si temen que un aspirante que se considera socialista, en referencia al senador Bernie Sanders, sea quien termine enfrentando al presidente Trump en noviembre.
Los candidatos no entraron a profundidad en el tema, pero la senadora Amy Klobuchar reconoció que, según ella, puede resultar un problema para "dividir al divisor en jefe" en referencia a Trump.
En ese sentido, Pete Buttigieg, exalcalde de South Bend, trató de zanjar el tema diciendo que no se deben centrar en "etiquetas", sino más bien en el "estilo de política que necesitan hacia adelante.
Un poco antes, Papadopoulos preguntó a Sanders por la etiqueta socialista que le endilga Trump como una manera de desprestigiar a sus oponentes y asustar a parte del electorado que teme a la izquierda radical.
Sin embargo, Sanders se identifica como un “ socialista democrático”, que no es lo mismo que el socialismo de Cuba, Venezuela o la desaparecida Unión Soviética, que son los fantasmas que el presidente azuza para sacar ventaja electoral. El senador, sin embargo, tiene una historia de simpatías con movimientos de izquierda en el pasado que genera dudas entre muchos ciudadanos.
"La manera en la que atraemos a la gente es representando una agenda que funcione para la clase trabajadora de este país, no para la clase multimillonaria", señaló Sanders durante el cara a cara en alusión a Buttigieg.
Posteriormente, expresó: "A diferencia de otros aquí no tengo a 40 multimillonarios, Pete, aportando a mi campaña, de la industria farmacéutica o de Wall Street (…) lo que tengo es sobre seis millones de aportes de un millón y medio de personas promediando 18.6 dólares, eso no tiene precedente en la política estadounidense. Si queremos cambiar a EEUU no lo haremos eligiendo a candidatos que van a las casas de la gente rica pidiendo dinero".
Con información de: univision