Por tercera vez la OEA abre un proceso para seleccionar a su máximo dirigente de derechos humanos en la región. La elección es clave para el futuro de las Américas.
El Político
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) está actualmente en un proceso de selección de la persona que la dirigirá y que sustituirá a Paulo Abrão, quien estuvo cuatro años en el cargo y no le fue renovado el contrato.
El año pasado, el Secretario General de la OEA, basándose en un informe de la oficina de la Ombudsperson de la OEA, decidió separar de su cargo al entonces Secretario Ejecutivo de la CID.
Esta es la tercera vez que la CIDH llama a un concurso público escoger a quien la dirigirá.
Desde que empezó el proceso el pasado septiembre, la CIDH ha cumplido con una amplia representación geográfica así como la equidad e igualdad de género en la selección.
En el proceso de selección la sociedad civil del continente hizo llegar sus observaciones sobre las diez personas semifinalistas, escogidas en diciembre de 2020.
Los preseleccionados
Las diez personas son por por orden alfabético: Andrés Emilio Mahnke Malschafsky (Chile); Carlos Alfonso Negret Mosquera (Colombia); Celia Medrano (El Salvador); Javier Vasquez (EE.UU.); José Antonio Guevara Bermúdez (México); Karla I. Quintana Osuna (México); María Claudia Pulido (Colombia); Melina Girardi Fachin (Brasil); Nadia Alejandra Cruz Tarifa (Bolivia), y Tania Reneaum Panszi (México).
En total la Comisión recibió 92 postulaciones.
La conformación de esta lista tiene en cuenta los requisitos establecidos en la convocatoria, así como criterios en la promoción de la igualdad, diversidad e inclusión.
Quienes son los cinco finalistas
Durante una sesión interna celebrada el 2 de febrero de este año, la CIDH seleccionó a las cinco personas que pasan a la fase de entrevistas: Andrés Emilio Mahnke Malschafsky (Chile); Celia Medrano (El Salvador); María Claudia Pulido (Colombia); Karla I. Quintana Osuna (México); y Tania Reneaum Panszi (México).
Después de realizar entrevistas presenciales en mayo, la persona seleccionada ocupará el cargo a partir del 1° de junio próximo.
Avances en derechos humanos
Sin la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el continente americano sería una región más injusta.
Muchos de los grandes avances en materia de derechos humanos a lo largo de nuestra historia se dieron debido a las intervenciones de este mecanismo de protección.
Sus visitas históricas en tiempos de los regímenes militares y conflictos armados en la región,permitieron la consolidación de estándares interamericanos que aún son utilizados.
Temas tan relevantes como la protección de personas defensoras de derechos humanos, y los derechos de las mujeres, personas LGBTI y pueblos indígenas, ahora entran ne una cultura de respeto.
Elección en un ambiente complejo
Ser parte del mecanismo hemisférico que establece límites al poder estatal en derechos humanos, trae grandes desafíos. Pero ahora el más importante es elegir a alguien para dirigir su secretaría ejecutiva.
A diferencia de las anteriores elecciones para el puesto, en esta oportunidad la CIDH se enfrenta a un complejo ambiente interno y externo.
En los últimos años, se ha instaurado en el continente un discurso contrario a los derechos humanos, incluso en algunos países por sus máximas autoridades.
La pandemia dejó en evidencia cómo muchos Estados hicieron uso de la fuerza y adoptaron medidas represivas bajo el pretexto de combatir al Covid-19.
Por otra parte, en años recientes hemos vuelto a observar cómo diversos Estados de la región han tratado de maniatar a la Comisión, desconociendo su independencia y autonomía.
El condicionamiento financiero
En su Asamblea General el año pasado, los Estados miembros de la OEA decidieron que el presupuesto para estos órganos se otorgará teniendo en consideración los recursos disponibles.
Esto quiere decir que no necesariamente se cumplirá la promesa de doblar el presupuesto a partir del 2021, lo cual pone en riesgo el trabajo que desarrollan estos órganos.
Las crisis financieras son de larga data en la CIDH, pero en 2016 sufrió una crisis financiera sin precedentes, obligándola a suspender períodos de sesiones y casi la mitad de su personal.
La CIDH pudo superar dicha crisis gracias a la cooperación internacional, pero únicamente ocho de los 34 Estados miembros de la OEA hicieron aportaciones adicionales para financiarla.
El resto de las finanzas vino de países europeos, agencias internacionales y universidades.
El elegido tendrá mucho trabajo
En este contexto adverso, la CIDH tiene quizás una de las elecciones más complejas en sus manos.
La persona que sea seleccionada para comandar su-secretaría ejecutiva deberá contar con una visión estratégica capaz de hacer observar los derechos humanos.
Continúan cometiéndose graves violaciones a los derechos humanos en el continente americano y las retóricas anti-derechos siguen ganando adeptos.
Además, las crisis financieras de la CIDH aparecen cada cierto tiempo, y los Estados miembros de la OEA que se ven renuentes a financiar el sistema que crearon.
La persona que elijan tiene que contar con grandes habilidades de recaudación de fondos y generar confianza.
Tendrá además, la titánica tarea de garantizar que las máximas autoridades de la OEA y sus Estados miembros respeten y garanticen su independencia y autonomía, como pilares fundamentales para realizar el mandato de la CIDH.