Los precios en el servicio eléctrico en Europa continúan al alza, y no hay manera de detenerlos. Uno de los países que siente con crudeza el incremento es España, donde 2021 fue el año con los precios más altos de la electricidad en la historia del país ibérico.
Mario Beroes/El Político.-
En opinión de Mar Rubio Varas, profesora titular de Historia e Instituciones Económicas, quien escribió un artículo sobre el tema, hablar de crisis energética y de estar a las puertas de una crisis económica comparable con la de los años 70 es una exageración.
Asevera la educadora, que decir que el incremento en los precios de la electricidad en Europa sería solo la punta del iceberg de la escasez de suministros energéticos a nivel mundial mundial, "es incorrecto, ya que los datos existentes no avalan tales afirmaciones".
-Ni el petróleo ni el gas natural están en precios máximos históricos. Ambos están muy lejos de los máximos que se marcaron en 2008, justo antes de hundirse debido a la crisis económica desatada por la crisis financiera. Y también están lejos de los máximos de la última década.
Si bien es cierto que desde marzo de 2020 los precios de los combustibles vienen marcando una tendencia alcista, acompañando a la recuperación económica y al recorte de suministro ruso (un 25% menos a Europa en el cuarto trimestre de 2021 respecto al mismo periodo de 2020), el actual nivel de precios de los combustibles fósiles no invita a pensar en una crisis energética global.
El riesgo está en el petróleo
Según el artículo, publicado en The Conversation, lo principal es comprender la estructura del consumo energético en Europa.
"Aunque tengamos la sensación de que la electricidad es la principal forma de energía que utilizamos y de la que más dependemos, lo cierto es que no alcanza el 20 % del consumo final de energía, frente al 40 % que sigue representado el petróleo".
"En 1973, cuando los precios del petróleo sufrieron el alza que desencadenó la peor crisis económica de la segunda mitad del siglo XX, el petróleo representaba casi la mitad del consumo final de energía del mundo".
-Es por eso por lo que la subida del precio de los combustibles derivados del petróleo sigue siendo, aún hoy, un fuerte desestabilizador de economías, y solo hay que ver lo que sucede en Kazajistán).
Crisis eléctrica, no energética
Deberíamos hablar de crisis eléctrica en Europa en lugar de hablar de crisis energética. Igual que deberíamos referirnos a la subida en el precio de la electricidad en lugar del alza del precio de la energía, como hacen los medios a diario.
Agrega que el precio de la electricidad no genera revueltas ni paraliza la actividad económica en Europa, "por lo menos todavía.
-¿Seguirá subiendo el precio del servicio eléctrico, por lo menos durante los próximos meses?
-Es difícil de aventurar puesto que los factores estructurales, coyunturales y fortuitos que ya hemos enumerado siguen en marcha. Si el invierno es frío, los precios seguirán en máximos, y si no sopla el viento, también.
En el caso de que Rusia invada Ucrania, el precio del gas subirá y el precio del gas en los mercados internacionales iría al alza, los precios de la electricidad lo reflejarán sin duda.
"Si más reactores franceses tienen que entrar en parada no programada, las interconexiones europeas podrían alcanzar su límite y forzar apagones en Francia y, a la vez, empujar los precios al alza en toda Europa".
"Pero, al mismo tiempo, la demanda eléctrica de primavera es menor que la invernal y las rutas marítimas están abarrotadas de buques llenos de gas para Europa. Puede que ya hayan quedado atrás las peores semanas".
Estrechando lazos
La Unión Europea recomienda que la capacidad mínima de interconexión entre países sea de al menos el 10 % de la capacidad de generación instalada en cada uno de ellos.
España es el único país de la Europa continental que no alcanza este umbral (los intercambios de electricidad internacionales en 2020 no llegaron al 3 %).
Tener más y mejor acceso al sistema eléctrico europeo, uno de los más robustos y seguros del mundo, aumenta la seguridad y continuidad del suministro.
Además, incrementa la eficiencia de los sistemas interconectados, aprovechando la generación más barata de entre las disponibles, al permitir que la energía sea transportada desde donde cuesta menos hasta donde es más cara.
También aumenta la competencia, en tanto que las importaciones de energía de otros países requieren de agentes que hagan ofertas más competitivas y logren que sean aceptadas, lo que trae consigo una reducción en el precio mayorista de la electricidad.
Dado todo lo anterior, las interconexiones juegan un papel clave en la integración de los mercados eléctricos y serán una de las maneras en las que, en el futuro, los precios de la electricidad volverán a su cauce.
Seguirán los precios altos
En lo más inmediato, en las semanas que quedan de este invierno, es probable que se vuelvan a observar máximos históricos puntuales en los precios mayoristas de electricidad en España y en Europa.
Pero, también, podría haber pasado ya lo peor de esta crisis de precios.
En cualquier caso, los datos disponibles de precios y estructura del consumo energético actual descartan que nos encaminemos, en el corto plazo, a una crisis energética global al estilo de la de los años 70 del siglo XX.