En horario estelar y desde el Despacho Oval. Así se transmitió el mensaje del presidente Joe Biden a los ciudadanos de Estados Unidos.
El Político
La alocución, cuidada hasta en el último detalle, se produjo en un momento en el que la Casa Blanca intenta sumar apoyos.
Ucrania e Israel, dos aliados de Estados Unidos en Europa del Este y en Oriente Medio, se encuentran en franca guerra con sus vecinos.
En Ucrania, las Fuerzas de Defensa Territorial (FDT) pelean contra Rusia, luego de que ese país lanzara una invasión, a comienzos de 2022.
Israel lucha, por su parte, contra Hamás, una organización terrorista que atacó la nación hebrea el pasado 07 de octubre.
Según voceros israelíes, la embestida se cifró con 1.400 muertes. Los extremistas también secuestraron a 199 ciudadanos de distintas nacionalidades.
Con ambos escenarios como telón de fondo, Joe Biden quiere salir al rescate. El presidente dejó clara sus intenciones con palabras de jefe de Estado.
“Encaramos un punto de inflexión, uno de esos en los que las decisiones que tomemos hoy decidirán las décadas por venir”, dijo.
Sin inmutarse, Biden equiparó la agresión que Moscú le ha proferido a Kiev con la que lanzó Hamás desde la Franja de Gaza.
“Ambos quieren destruir por completo una democracia vecina”, expreso el mandatario a la hora de referirse al presidente ruso, Vladímir Putin, y al movimiento islámico.
Aunque la alocución pretendía dejar claro que Estados Unidos apoya a Ucrania e Israel, el discurso se centró más en el cómo, que en el qué.
Este viernes, Joe Biden solicitará, al Congreso, la liberación de fondos para financiar las acciones defensivas de sus socios.
Fuentes han desvelado que la partida podría ascender hasta los 100.000 millones de dólares.
Más de la mitad de la asistencia (60.000 millones) se giraría a nombre de Kiev. Otros 10.000 se enviaría a Israel.
En sus cálculos, Biden ha tenido en mente a Taiwán, una isla que se encuentra bajo el asedio constante de China.
La nación insular, cuya independencia es reconocida por Washington, pero no por Pekín, también recibirá asistencia.
El resto del dinero se destinará a ayuda humanitaria y también a la crisis migratoria que se vive al sur de la Unión Americana, en su frontera común con México.
“Es una inversión sensata que arrojará beneficios a la seguridad estadounidense durante generaciones”, apuntó el presidente.
Dos Estados
El discurso de Joe Biden se registró poco después de su regreso a Estados Unidos.
Este miércoles, el mandatario se reunió en Tel Aviv con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
El jefe de Estado también se encontró con su homólogo, Isaac Herzog.
La visita de Biden a Israel y no a los territorios palestinos le valió críticas de parte de los dirigentes más progresistas de su partido.
Por ese motivo – y en un intento por no lucir tan sesgado – el primer mandatario reiteró la política de su país, con respecto al conflicto palestino – israelí.
“No podemos desistir de la paz, no podemos desistir de la solución de dos Estados”, manifestó convencido.
El gobernante, quien conversó con Netanyahu sobre el envío de ayuda humanitaria a los gazatíes, insistió en el tema.
“No podemos dejar de lado la humanidad de palestinos inocentes que solo quieren vivir en paz”, sentenció el presidente.
Congreso fragmentado
La solicitud de fondos para asistir a israelíes y ucranianos será presentada en un momento en el que el Congreso de Estados Unidos se encuentra fragmentado.
Desde las elecciones de medio término, el Legislativo quedó dividido en dos.
Mientras el Senado fue retenido por el Partido Demócrata, la Cámara Baja se la adjudicó el Partido Republicano.
La repartición de fuerzas ha dificultado acuerdos esenciales como el que se requería para evitar el cierre del Gobierno Federal.
Una votación in extremis, que le valió el puesto de presidente de la Cámara al republicano Kevin McCarthy, fue la que destrabó el juego.
Desde la deposición de McCarthy, quien terminó destituido por iniciativa de sus copartidarios, la Cámara de Representantes se maneja con un líder interino.
Diferencias entre los republicanos del ala más dura y aquellos más moderados han hecho cuesta arriba la escogencia del nuevo presidente de la Cámara.
Tal situación, sumada a la tradicional rivalidad entre demócratas y republicanos, podría revestir de complejidad la aprobación del capital que será solicitado por Joe Biden.